¿CUÁL ES MI PRECIO?


El pasaje conocido como "el joven rico" termina el capítulo 19 del evangelio de Mateo. La lectura me ha resultado muy familiar, es una de las que aprendí desde niño asistiendo a las clases bíblicas.

Sin embargo, encierra un gran principio universal, para seguir a Jesús siempre hay que pagar un precio, que es diferente, único y singular para cada ser humano. Para el protagonista de la historia sus riquezas se interponían en el camino, ese era su precio.

Mi precio es diferente. Como el de aquel joven rico, mi deseo de seguir a Jesús es real y sincero, pero a la hora de llevarlo a la práctica me encuentro con retos, cambios, desafíos, ajustes que he de hacer en mi vida, en definitiva, precios que he de pagar y que no siempre estoy dispuesto.

Hay un precio que debimos pagar cuando decidimos convertirnos en seguidores de Jesús. Pero la vida no es estática, es dinámica y nuevos precios tienen que ser pagados para ser consistentes con nuestro seguimiento del Maestro y no siempre es fácil hacerlo.

Un principio

¿Qué precio me está impidiendo seguir a Jesús hoy? ¿Qué puedo hacer?

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