SE EXCLUYEN MUTUAMENTE
He leído la primera carta que el apóstol Juan escribió a las primeras comunidades cristianas y, la verdad, la he encontrado fascinante, radical y tremendamente práctica.
En el capítulo 2 versículo 22 afirma, y sabéis que mentira y verdad se excluyen mutuamente.
Toda la carta está llena de este planteamiento. Juan afirma que ciertas actitudes, ciertas conductas, ciertos estilos de vida son incompatibles con ser un seguidor de Jesús. El llega a afirmar que quién afirma ser hijo de Dios y, sin embargo, vive de una determinada manera, es un mentiroso, incluso llega a afirmar que es un hijo del diablo en vez de ser un hijo de Dios.
El hombre postmoderno puede vivir tranquilamente instalado en la contradicción. Puede afirmar ciertos valores y vivir los contrarios y, sin embargo, no sentirse en tensión por tal disparidad. Juan afirma que esta contradicción no puede ni debe darse en el cristiano porque la verdad y la mentira, como él indica, se excluyen mutuamente.
Toda la carta está llena de este planteamiento. Juan afirma que ciertas actitudes, ciertas conductas, ciertos estilos de vida son incompatibles con ser un seguidor de Jesús. El llega a afirmar que quién afirma ser hijo de Dios y, sin embargo, vive de una determinada manera, es un mentiroso, incluso llega a afirmar que es un hijo del diablo en vez de ser un hijo de Dios.
El hombre postmoderno puede vivir tranquilamente instalado en la contradicción. Puede afirmar ciertos valores y vivir los contrarios y, sin embargo, no sentirse en tensión por tal disparidad. Juan afirma que esta contradicción no puede ni debe darse en el cristiano porque la verdad y la mentira, como él indica, se excluyen mutuamente.
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