TESORO (SALM0 119)

 




Me alegro tanto por tu promesa como quien halla un gran botín (Salmo 11):162)


Leía en un periódico local que en el Reino Unido un hombre descubrió, de forma casual, un tesoro de la época celta compuesto por varios centenares de monedas de oro y valorado en aproximadamente un millón de euros. El hallazgo fue totalmente casual y, al margen de su valor material, el valor histórico es incalculable. No es difícil imaginar la alegría de la persona que encontró ese tesoro.

Esta es la comparación que hace el salmista, encontrar una promesa de Dios es como encontrar un gran tesoro. Al menos, para mí lo es, porque cuando acojo esa promesa en mi vida me puede sostener en momentos difíciles, dar paz en medio de la tormenta, esperanza conforme la vida se va acabando, fortaleza para seguir trabajando en que la imagen de Jesús sea cada vez más evidente en mi vida, consuelo en la tristeza, empatía en las dificultades.

Me pregunto cuántos de nosotros vivimos bajo un tesoro que nunca llegamos a encontrar y disfrutar.

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