INCAPACIDAD (SALMO 59)

 


Fuerza mía, a ti te canto, porque Dios es mi refugio, Él es el Dios que me ama. (Salmo 59:17)

El límite del Universo visible desde la Tierra está a 46.500 millones de años luz, en todas las direcciones. Es decir, un diámetro de 93.000 millones de años luz. Un año luz son 9'46 billones de kilómetros. El cálculo es enorme, y aun así, es sólo la parte del Universo que podemos ver. Bueno, no sé cómo lo ves tú, lector, pero a mí se me escapan totalmente las cifras, es mucho más de lo que mi débil cerebro tiene la capacidad de procesar e imaginar.

Pero para mí lo más significativo es que todo eso ha sido creado por Dios. Pero aún más significativo e importante es que el Creador de todo lo anteriormente dicho, que no es todo lo que hay en este universo, me ame a mí Félix Ortiz, nacido en Zaragoza en el año 1956 ¿Cómo es posible? ¿Qué sentido tiene? ¿Quién soy yo -como bien indicaba el salmista- para que tengas de mí memoria?

Cuando era un adolescente y vivía en mi ciudad natal fue atropellado por un taxi (De hecho, dos veces, pero solo una tiene valor para esta reflexión). El accidente me causó una profunda herida en la pierna y dejó como recuerdo una larga cicatriz. En esa parte de mi cuerpo no tengo nada de sensibilidad, un pinchazo o quemadura no sería percibido. Otra, junto con la estética, de las secuelas del accidente. Pienso que el pecado ha hecho lo mismo con nuestro corazón. Nos ha hecho perder la sensibilidad hasta tal punto que leemos que el Dios que hizo los cielos y la tierra nos ama y, a duras penas, despierta un mínimo de sorpresa y asombro en nosotros. De hecho, esa es parte de nuestra redención, volver a recuperar el asombro de ser amados por Dios.

¿Cómo es tu nivel de insensibilidad?

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