ROMANOS/ TODO HOMBRE NECESITA LA SALVACIÓN DE DIOS/ ¿DE QUÉ TE SIRVE LA CIRCUNCISIÓN?
¿Y la circuncisión? Tiene valor si cumples la ley; pero, si no la cumples, lo mismo te da estar circuncidado que no. (Romanos2:25)
Pablo le dijo a su hipotético adversario que la ley carece de valor si no se cumple. Ahora afronta el tema de la circuncisión. Sabemos que fue dada a Abraham como una señal física, visible, ritual del pacto que el Señor había establecido con él. La circuncisión era la evidencia física de la pertenencia al pueblo escogido. De hecho, el adulto que se convertía al judaísmo debía de ser circuncidado. Pablo dice que estar circuncidado no sirve absolutamente para nada; a menos que se cumpla la ley. De hecho no hay ninguna diferencia -según el apóstol- entre estarlo o no. La diferencia la marca el cumplimiento, es decir, la obediencia, o no a la forma de entender la vida que Dios tiene.
Pero como lo que buscamos es paralelismos con nuestra realidad actual, digamos que el equivalente de la circuncisión sería para nosotros el bautismo. De tal modo que el texto de Pablo podría leerse de la siguiente forma: "¿Y el bautismo? Tiene valor si vives los valores del Reino; pero si no los vives, lo mismo te da estar bautizado que no". El bautismo es un símbolo externo, físico, ritual de una realidad interna, el nuevo nacimiento. Pero ese símbolo carece totalmente de valor si no va acompañado de una vida que encarna los valores del Reino de Dios. Dicho de otro modo. La evidencia de tu conversión no es tu bautismo, sino tus frutos.
¿Cuán evidentes son en tu vida los valores del Reino?
Nunca lo exterior puede ser relevante si no ha nacido en el interior y va creciendo desde adentro a fuera. Lo que la vida espiritual produce desde adentro al exterior no tiene que ver ni con maneras de vestir, herida o marcas físicas, reglas o ritos, lugares donde voy.....
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