EL SERMÓN DEL MONTE 20/ NO RECURRÁIS A LA VIOLENCIA/ MATEO 5



Pero yo os digo: No recurráis a la violencia contra el que os haga daño. Al contrario, si alguno te abofetea en una mejilla, preséntale también la otra. (Mateo 5:39)


La Ley del Talión era una ley basada en la venganza; bien cierto que limitada, restringida y proporcional a la ofensa causada; pero venganza al fin y al cabo. Jesús cuestiona el principio mismo detrás de esa ley y propone la alternativa cristiana, la carencia de resentimiento y del deseo de venganza, ni siquiera una que sea proporcional a la ofensa o el daño recibido. No es la primera vez en el Sermón del Monte que un seguidor de Jesús debe de aplicar discernimiento para ver más allá de la forma el fondo de las cuestiones que el mismo plantea; este pasaje en su conjunto es una de esas oportunidades.

Nunca, salvo cuando era niño y teníamos esporádicas peleas con chicos de otras pandillas en la calle, he experimentado una situación como la que Jesús explica en este pasaje; nunca nadie me ha abofeteado y, consecuentemente, he tenido que poner la otra mejilla para favorecer que el agresor lo tuviera más fácil. Sin embargo, han sido multitud las ocasiones en que he experimentando el desprecio y la ofensa de parte de otras personas, algunas de ellas no cristianas y otras seguidoras del Maestro. Personas que de manera deliberada e intencional con sus acciones, omisiones, comentarios, actitudes, posturas, miradas y un largo etcétera han buscado ofenderme, hacerme daño, ningunearme, ignorarme, hacerme sentir inferior, privarme del lugar que me correspondía, evidenciar su desprecio y... en fin, la lista sería interminable. Aquí creo que donde el pasaje del Maestro se vuelve rabiosamente relevante para nosotros y lo podemos aplicar día tras día. Porque si no nos enfocamos en el principio -el no perdón y no resentimiento-, podemos caer en la trampa de quedarnos en la forma -la bofetada- y, consecuentemente, evitarnos el tener que lidiar con la aplicación del mismo. 

Así pues Jesús nos invita a que cuando suframos daño, cuando seamos ofendidos intencionalmente por otros apliquemos la Ley del Perdón en vez de aplicar la Ley del Talión. Optemos por no buscar la venganza y procesemos y gestionemos con el Señor el resentimiento y posible deseo de venganza que la situación produce en nosotros. Esa es una alternativa sana, funcional y que honra al Señor.



¿Qué situaciones hay en tu vida en estos momentos que te permiten aplicar este principio dictado por Jesús? ¿Qué vas a hacer al respecto? ¿Cuándo lo harás? ¿Cómo lo harás?

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