ABRAHÁN/ EVIDENCIAS DE LA PRESENCIA DE DIOS/ GÉNESIS 21
En aquel tiempo Abimélec, acompañado de Picol, jefe de su ejército, dijo a Abrahán: -Dios está contigo en todo lo que haces. (Génesis 21:22)
Abimélec era el rey de Guerar, una de las ciudades de la región cananea. Este hombre ya había tenido un encuentro con el patriarca cuando intentó quedarse a Sara como esposa debido a las vagas explicaciones y medias verdades que éste le dio con respecto a la identidad de Sara. Pero, según nos indica el texto, al final las cosas se arreglaron y parece ser que entre ambos personajes se estableció un vínculo positivo.
El caso es que Abimélec vuelve a aparecer en escena después de un cierto tiempo y es muy importante e interesante lo que le dice a Abrahán: "Dios está contigo en todo lo que haces". Yo me preguntó cómo debió llegar el rey a aquella conclusión. Qué fue lo que vio en la vida del patriarca para hacer semejante afirmación. Qué había en la vida de Abrahán que generaba semejantes procesos en las personas de su entorno, o al menos lo provocó en la del rey de Guerar.
Acepto que los criterios sobre la presencia del Señor en la vida de alguien pueden cambiar con el tiempo y la cultura. Es muy probable que en aquella época la prosperidad -como en algunas iglesias evangélicas hoy en día- fuera considerado como una evidencia de la presencia de Dios. También el propio Abimélec experimentó en su mismísima casa pruebas de la relación del Señor con Abrahán. Algo, vuelvo a insistir, debió ver el rey en la vida del patriarca que le llevó al desarrolló de la asociación entre Dios y Abrahán. Eso es lo que importa, no tanto lo que le generó dicha asociación.
Al volverme a mirar en el espejo de Abrahán surge la pregunta acerca de qué evidencias pueden ver otros en mi vida de mi caminar con el Señor. No puedo dejar de reflexionar acerca de cuán evidente es en mi forma de vivir la presencia de Jesús dentro de mí ¿Puedo verla en mi carácter, en mis prioridades, valores, relaciones, reacciones, actitudes, formas de encarar la vida? y lo que es aún más importante ¿Pueden ver todo eso, o por lo menos retazos de todo eso los que observan mi vida? De lo contrario no estoy siendo ni sal ni luz ni estoy siendo esa ciudad en lo alto de la montaña que no puede esconderse. Juan, el apóstol, al escribir su primera carta afirma que si alguien se identifica como seguidor de Jesús debe vivir como Él vivió y, humildemente, yo añado, eso ha de ser necesariamente evidente para aquellos que están en mi entorno.
¿Cuán evidente es para aquellos que están en tu entorno que Dios está contigo? ¿Qué evidencias lo muestran?
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