PABLO A LOS ROMANOS ESTUDIO 1: DIMENSIÓN COMUNITARIA
Aunque en realidad se trata de animarnos mutuamente con esa
fe que vosotros y yo tenemos en común.
En el prólogo de su carta a los seguidores de Jesús que se
reunían en la capital del imperio romano Pablo, entre otras muchas cosas,
establece una verdad fundamental de la vida cristiana, que esta no puede ser
vivida en soledad y que necesitamos vivirla de forma comunitaria.
El seguimiento de Jesús no es fácil. Es pensar
contracorriente y vivir del mismo modo. Es enfrentarse a una sociedad que
piensa, sostiene y vive unos valores contrarios a los de la buena noticia de
Jesús.
Vivir contracorriente desgasta, cansa y hace más difícil el
seguimiento. Es por esta razón que la fe cristiana tiene una dimensión comunitaria
que no podemos ni debemos olvidar. Ninguno de nosotros puede seguir a Jesús en
soledad, primero porque es imposible dado el desgaste y el reto que supone, segundo
porque es una de demandas del evangelio.
Pablo afirma que hemos de animarnos mutuamente. Que no se
trata únicamente de si yo necesito o no a otros, se trata del hecho de que
otros me necesitan a mí y yo no puedo desentenderme, no puedo sustraerme a esa
responsabilidad de amor que el evangelio pone sobre mi vida.
¿De quién te cuidas tú? ¿A quién animas? ¿A quién acompañas?
¿Qué vas a hacer para cambiar esa situación y vivir plenamente la dimensión comunitaria
de tu fe, entendiendo que se trata de mucho más que reunirnos, se trata de
cuidarnos y animarnos.
Lee Romanos 1: 1-14
Comentarios
Publicar un comentario