SALMO 92. ANUNCIAR



Altísimo Señor,
¡Qué bueno es darte gracias
y cantar himnos en tu honor!
Anunciar por la mañana y por la noche
tu gran amor y fidelidad.


Esta introducción y tres estrofas conforman este salmo. La primera, expresa la alegría que Dios produce en la vida del creyente. La segunda, habla de los necios, su actitud y su futuro. La tercera, y última, expresan las bendiciones que, en contraste con el necio, recibirá el justo.

Este salmo me ha desafiado a pensar en qué modo mi vida proclama y anuncia el amor y la fidelidad de Dios. En primer lugar me ha hecho pensar si realmente lo estoy experimentando. He tenido que meditar sobre qué muestras o evidencias hay en mi vida, más allá de los tópicos típicos, de que el amor y la fidelidad del Señor son auténticas, genuinas, reales, no mera verborrea intelectual.

Pasado este examen, he tenido que preguntarme qué me impide proclamar y anunciar al mundo el amor y la fidelidad del Señor sobre mi vida y la de los míos. Pensaba que mucha gente a mi alrededor hace gala y se sienten orgullosos de cosas que causan vergüenza ajena, sin embargo, yo, en ocasiones, me siento intimidado y dejo de proclamar que nuestro Dios es fiel, misericordioso y todo amor. Está claro que algo no funciona bien cuando esto sucede.

Este salmo es un desafío a no avergonzarme y anunciar su amor y fidelidad.

Un principio

Anunciar a otros lo que Dios hace en nuestras vidas.

Una oración

El crecimiento del evangelio en Argentina.

Comentarios

  1. David anunciaba sus victorias públicamente peró las agradecia al Señor. Era gracias a él que lograba escapar de la muerte tantas veces, y aunque pecador era hombre de fe que no se avergonzaba de proclamar la gracia de Dios en su vida. Igual nosotros debemos hacer. Cuando obtenemos un determinado éxito, anunciar a los que nos rodean que el mérito es de Dios. Él da la fuerza, Él mueve los hilos precisos.

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