SALMO 48. RIQUEZA Y MUERTE
¿Por qué voy a temer los días aciagos,
cuando me cerque la maldad de los tramposos,
que confían en su fortuna
y alardean de sus inmensas riquezas?
¡Ay nadie puede librarse
ni pagar a Dios su rescate!
es tan caro el precio de la vida,
que jamás podrán pagarlo.
Como el anterior, este salmo se construye en forma de un díptico con un claro contenido sapiencial o de sabiduría. La primera parte del salmo se centra en las riquezas y su futilidad. La segunda, tiene su énfasis en el carácter universal e insaciable de la muerte de la que nadie, ni el rico, ni el poderoso podrán librarse. Bien pensado la muerte, junto con el tiempo, son las dos realidades más democráticas que existen.
Estos últimos días he estado pensando más y con más frecuencia en la muerte (señal que me estoy haciendo cada día más viejo) y cómo está pone todas las cosas en la perspectiva correcta. Me he dado cuenta que conforme te vas haciendo mayor, cada vez queda más tiempo detrás tuyo y cada vez menos por delante. Esta realidad hace que comiences a pensar en cómo has vivido y qué sentido ha tenido la vida que ya pasó. Me doy cuenta que el grado de satisfacción con la vida ya vivida me ayuda a encarar la vida restante, a disfrutarla y tener un mayor sentido de realización.
La muerte, inevitablemente, nos hace pensar en el más allá y la necesidad de presentarnos ante Dios y evaluar con Él cómo hemos vivido y qué legado e impacto ha tenido nuestra vida. Ante Dios, ninguno de nosotros podrá hacer valer su poder, sus riquezas o sus influencias. Doy gracias al Señor que ha sido capaz de amarme tanto que ha dado a Jesús para que con su vida, pague ese rescate que yo nunca podría haber pagado.
cuando me cerque la maldad de los tramposos,
que confían en su fortuna
y alardean de sus inmensas riquezas?
¡Ay nadie puede librarse
ni pagar a Dios su rescate!
es tan caro el precio de la vida,
que jamás podrán pagarlo.
Como el anterior, este salmo se construye en forma de un díptico con un claro contenido sapiencial o de sabiduría. La primera parte del salmo se centra en las riquezas y su futilidad. La segunda, tiene su énfasis en el carácter universal e insaciable de la muerte de la que nadie, ni el rico, ni el poderoso podrán librarse. Bien pensado la muerte, junto con el tiempo, son las dos realidades más democráticas que existen.
Estos últimos días he estado pensando más y con más frecuencia en la muerte (señal que me estoy haciendo cada día más viejo) y cómo está pone todas las cosas en la perspectiva correcta. Me he dado cuenta que conforme te vas haciendo mayor, cada vez queda más tiempo detrás tuyo y cada vez menos por delante. Esta realidad hace que comiences a pensar en cómo has vivido y qué sentido ha tenido la vida que ya pasó. Me doy cuenta que el grado de satisfacción con la vida ya vivida me ayuda a encarar la vida restante, a disfrutarla y tener un mayor sentido de realización.
La muerte, inevitablemente, nos hace pensar en el más allá y la necesidad de presentarnos ante Dios y evaluar con Él cómo hemos vivido y qué legado e impacto ha tenido nuestra vida. Ante Dios, ninguno de nosotros podrá hacer valer su poder, sus riquezas o sus influencias. Doy gracias al Señor que ha sido capaz de amarme tanto que ha dado a Jesús para que con su vida, pague ese rescate que yo nunca podría haber pagado.
Un principio
Siempre hay que mirar atrás y ver nuestro grado de satisfacción con la vida.
Una oración
Gratitud a Jesús, el rescate por mi vida.
Siempre hay que mirar atrás y ver nuestro grado de satisfacción con la vida.
Una oración
Gratitud a Jesús, el rescate por mi vida.
Gracias Jesús por tu rescate a favor nuestro. Que claro habla el salmo en que nadie por rico que fuera o por más buenas obras que realizara, nunca podria pagar a Dios su rescate ni el de otros.
ResponderEliminarGracias, porqué tu amor y perfección lo hicieron posible.