LA VOZ DE DIOS

Hoy comienzo la lectura del primer libro de Samuel. Los tres primeros capítulos narran la bien conocida historia de su nacimiento milagroso, después que su madre estéril prometiera consagrarlo al Señor si este le concedía un hijo, su dedicación al servicio del santuario ubicado en Siló y su llamamiento de parte de Dios.
El capítulo tres describe el llamamiento de Samuel por parte de Dios para su servicio. Varias veces el joven Samuel oye la voz de Dios pero no sabe reconocerla y piensa que quien le llama es el viejo sacerdote Elí. En el versículo 7, el escritor hace el siguiente comentario con respecto a esta situación, y es que Samuel todavía no conocía al Señor, ni se le había revelado su palabra.
Me ha hecho pensar en mi propia vida personal y en la importancia de saber identificar la voz de Dios en medio de tantas y tantas voces que, alrededor nuestro, claman por nuestra atención. Constantemente estoy recibiendo mensajes y me doy cuenta que es primordial y muy importante el saber reconocer la voz de Dios en medio de tantos y tantos estímulos que llegan a mi vida. Viene a mi mente la promesa de Jesús, Mis ovejas oyen mi voz y la reconocen.
También me doy cuenta que se trata de un hábito, de un aprendizaje. Me doy cuenta que necesito adiestrar mi oído para ser más y más sensible a identificar su voz. Eso necesita quietud, tiempo, concentración, cosas de las que ninguno de nosotros va sobrado.
El capítulo tres describe el llamamiento de Samuel por parte de Dios para su servicio. Varias veces el joven Samuel oye la voz de Dios pero no sabe reconocerla y piensa que quien le llama es el viejo sacerdote Elí. En el versículo 7, el escritor hace el siguiente comentario con respecto a esta situación, y es que Samuel todavía no conocía al Señor, ni se le había revelado su palabra.
Me ha hecho pensar en mi propia vida personal y en la importancia de saber identificar la voz de Dios en medio de tantas y tantas voces que, alrededor nuestro, claman por nuestra atención. Constantemente estoy recibiendo mensajes y me doy cuenta que es primordial y muy importante el saber reconocer la voz de Dios en medio de tantos y tantos estímulos que llegan a mi vida. Viene a mi mente la promesa de Jesús, Mis ovejas oyen mi voz y la reconocen.
También me doy cuenta que se trata de un hábito, de un aprendizaje. Me doy cuenta que necesito adiestrar mi oído para ser más y más sensible a identificar su voz. Eso necesita quietud, tiempo, concentración, cosas de las que ninguno de nosotros va sobrado.
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