SER DISCÍPULO EN EL SIGLO XXI. LA GRAN HISTORIA DE DIOS: REBELIÓN 2
Vamos a centrarnos en la orden que el Señor dio a Adán y siempre en el contexto de la gran historia de Dios es decir, la explicación del porqué de las cosas, de cómo somos nosotros y nuestro mundo.
Pienso que lo más importante es la esencia de la orden -obedecer- que no los detalles de la misma -comer-. El Señor podría haber dicho que podía tirar la río todas las piedras a excepción de una determinada. O podría haber visitado todos los lugares menos uno específico. El punto central es la obediencia a la voluntad de Dios y, por tanto, la posibilidad de decirle ¡NO!, algo que, como ya vimos, es esencial para que una relación pueda ser significativa.
Este pasaje nos muestra también que Dios hizo al ser humano libre y no hay libertad a menos que haya la posibilidad de escoger. El ser humano podía comer o no comer y con ello estaba ejerciendo su libertad. Podíamos haber sido creados de tal manera que estuviéramos programados para hacer su voluntad y obedecer sin tener que tomar decisiones morales. Programados para siempre escoger el bien. Sin embargo, esa programación mataría nuestra libertad al negarnos la posibilidad de escoger, de decidir, de tomar decisiones morales libres.
Libertad y responsabilidad es un binomio que siempre va de la mano aunque no nos guste que sea así. La libertad implica la posibilidad de escoger pero también conlleva la responsabilidad por las consecuencias de nuestras decisiones, porque toda decisión, nos guste o no, lleva implícita consecuencias por las que hemos de asumir plena responsabilidad. Lo ideal, lo que nos gustaría, lo que en más de una ocasión hemos reclamado, es poder tomar las decisiones que quisiéramos pero sin tener que asumir las consecuencias que se pudieran derivar. Nos gustaría que alguien lo hiciera por nosotros. Es en este contexto -en mi opinión- que debe enmarcarse la advertencia del Señor con respecto a la desobediencia. Dicho de otro modo sería algo así como, eres libre de comer de cualquier árbol, incluyendo el árbol del conocimiento del bien y del mal. Ahora bien, sepas que la consecuencia de hacerlo será la muerte. Tú mismo.
¿Es posible la libertad sin poder elegir? ¿Es posible la libertad sin ser responsables de las consecuencias de las decisiones?
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