ROMANOS/ GUÍA PRÁCTICA PARA LA VIDA COTIDIANA 18/ DEUDAS DE AMOR ROMANOS 13:8-10
Si con alguno tenéis deudas, que sean de amor, pues quien ama al prójimo ha cumplido la ley. Porque el no cometerás adulterio, no matarás, no robarás, no codiciarás, y cualquier otro posible mandamiento se resume en estas palabras: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. El que ama no hace daño al prójimo: en resumen, el amor constituye la plenitud de la ley. (Romanos 13:8-10)
Me gusta como la versión Reina Valera traduce este versículo: No debáis nada a nadie, salvo la deuda de amor. Todos los seguidores de Jesús tenemos una inmensa deuda de amor que día tras día tenemos la responsabilidad y el privilegio de devolver. Me explicaré.
Si me permites decirlo de esta manera afirmaré que en el momento en que hemos recibido a Jesús como Señor y Salvador hemos contraído con Él una inmensa deuda de gratitud y agradecimiento. No únicamente hemos sido salvados de la condenación eterna, hemos sido elevados a la condición de hijos y herederos juntamente con Cristo. Esa deuda es incalculable ¿Cómo podemos pagarle a Jesús todo lo que ha hecho por cada uno de nosotros? Jesús, nos pide que lo paguemos de una manera muy creativa, amando a nuestro prójimo con amor ágape, es decir, ese amor que es fruto de la voluntad y que busca el bien de la persona amada totalmente al margen de que la misma sea merecedora o no del bien que recibe.
Visto de ese modo resultaría que cada vez que hacemos el bien a alguien cumplimos varios objetivos, es decir, matamos muchos pájaros de un mismo tiro: Saldamos parte de nuestra deuda de amor con Jesús, su carácter se expresa a través de nosotros y nos vamos pareciendo más y más a Él. Finalmente, vamos cumpliendo la ley, porque aquel que ama, como afirma la Escritura, no hace otra cosa que cumplir la ley.
Deudor de amor ¿Qué implicaciones tiene para tu vida cotidiana?
Comentarios
Publicar un comentario