ROMANOS/ GUÍA PRÁCTICA PARA LA VIDA COTIDIANA 1: ADORA EN TU PUESTO DE TRABAJO/ ROMANOS 12:1
Por el amor entrañable de Dios os lo pido, hermanos: presentaos a vosotros mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios, este ha de ser vuestro auténtico culto. (Romanos 12:1)
Después de haber hecho profundas reflexiones teológicas Pablo entre en el terreno de la vida práctica y cotidiana y en los siguientes capítulos de su carta lo desarrolla ampliamente. Mi intención es ir identificando los diferentes principios que el apóstol comparte y hacer una compilación de sus consejos para vivir la vida cotidiana agrandando al Señor.
Este primer versículo es tan bien conocido y recitado como poco comprendido. Pablo habla de presentarnos a nosotros mismos como una ofrenda viva ante Dios e indica que esto representa nuestro auténtico culto, nuestra auténtica adoración al Señor. Ahora bien, aparte de imaginarse uno mismo atado de pies y manos en un altar de piedra a punto de ser sacrificado ¿Qué significa eso en términos prácticos, en el día a día?
La palabra griega que ha sido traducida por "auténtico culto" o "culto racional" según otras versiones, era el término que se utilizaba para describir el trabajo al que una persona se entregaba o se dedicaba. En otras palabras, y creo que tiene todo el sentido del mundo, lo que el apóstol está diciendo es que es a través de nuestras ocupaciones, trabajos y responsabilidades diarias que nosotros ofrecemos un auténtico culto y adoración a nuestro Dios.
Acostumbramos a decir que vamos a la iglesia -es decir, al salón donde nos reunimos- a adorar al Señor, sin embargo, lo que Pablo nos está indicando y pidiendo, apelando para ello al amor del Padre, es que vayamos a la fábrica, a la mina, a la tienda, a la oficina, a la universidad, al hospital, a la escuela, al mercado, etc., etc. para adorar al Señor. Que es, precisamente, en el ámbito de nuestra vida cotidiana donde se lleva a cabo la auténtica y genuina adoración por medio de nuestro trabajo cuando éste de forma consciente, intencional, voluntaria y excelente es ofrecido a Dios como nuestra ofrenda diaria. Afirmo rotundamente que de nada sirve adorar el domingo en el salón si no adoras de lunes a viernes en tu puesto de trabajo. Afirmar lo contrario es dicotomizar la vida cristiana y no entender que las 24 horas al día 7 días a la semana vivimos en el lugar santísimo.
Hemos dejado a millones de creyentes desprovisto de un sentido sagrado de la vida cotidiana encerrando la espiritualidad en lugares "sagrados" y reduciéndola a horarios determinados. No se trata de eliminar esto ¡Para nada! se trata de ampliarlo a cada detalle de la vida cotidiana.
¿Qué significaría para ti hacer de tu trabajo un acto de adoración y alabanza al Señor? ¿Qué cambiaría en la forma en que lo haces, en tus actitudes?
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