MIQUEAS / LAMENTO/ MIQUEAS 1
Por eso me lamentaré y haré duelo,
caminaré descalzo y desnudo,
aullaré como hacen los chacales
y gemiré como las avestruces. (Miqueas 1:8)
El primer capítulo del libro del profeta Miqueas comienza con el anuncio del juicio del Señor sobre su pueblo como consecuencia de su infidelidad y su pecado. La segunda parte del capítulo es un lamento del profeta sobre la suerte que corre y correrá su pueblo. Pienso en la terrible carga emocional y espiritual que debe significar para un profeta el ser consciente de hacia dónde se dirige el pueblo y ver la insensibilidad del mismo hacia su mensaje.
Para mí la enseñanza del pasaje es, como seguidores de Jesús, desarrollar empatía. La empatía, entre otras maneras, es definida como un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad de otra. Dicho de otro modo, el profeta tiene la capacidad de participación de sentir y experimentar como propia la realidad de su pueblo y, consecuentemente, eso le lleva a clamar al Señor por él.
Al leer este pasaje quiero aprender a tener empatía con la gente de mi pueblo, con aquellos que, habiendo sido en una ocasión seguidores de Jesús, han abandonado al Maestro y éste ha dejado de ser una prioridad, una eje central en su proyecto vital. Quiero desarrollar empatía y elevar un lamento por aquellas comunidades que han abandonado la construcción del Reino y el vivir como agentes de restauración para convertirse en comunidades inútiles centradas en sí mismas y sus necesidades.
Aprendamos del profeta a clamar, aullar por nuestro pueblo.
¿Qué personas, qué comunidades hay a tu alrededor por las cuales debes clamar y aullar como el profeta nos enseña?
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