AMOS/ CUALQUIERA VALE/ AMOS 1



En el pueblo de Tecoa vivía un ganadero llamado Amós, que comunicó a los israelitas varios mensajes de parte de Dios. Esto sucedió dos años antes del terremoto, cuando Ozías era rey de Judá y Jeroboam hijo de Joás era rey de Israel. (Amós 1:1 TLAD)


¿Qué hace un ganadero metido a profeta? ¿Qué se la perdido en asuntos tan serios como la profecía y el ministerio? Bien, esto nos enseña que cuando Dios lo desea escoge a cualquiera para el ministerio o, dicho con otras palabras pero con el mismo sentido, que cualquier persona es apta para el servicio al Señor pues no es la categoría lo que nos hace elegibles para el ministerio, antes al contrario, es el ser escogido lo que nos otorga categoría.

Como pastor observo, no sin cierta preocupación y asombro, como algunas personas dedicadas al ministerio piensan de sí mismas de una manera incorrecta o con una perspectiva distorsionada. Hay una cierta tendencia a creerse que constituimos un genero especial, una casta superior al resto de los seguidores de Cristo. Cuando te ves a ti mismo de esa manera no es nada difícil esperar de parte de los otros hacia ti un trato especial y privilegiado y de ahí a exigirlo va un simple y pequeño paso. 

Pienso en las personas que escogió Jesús, carentes, al menos hasta donde yo sé, de cualquier trasfondo clerical, se trataba de pescadores, recaudadores de impuestos, activistas políticos, en fin gente que ninguna organización misionera aceptaría para trabajar a tiempo completo ni la mayoría de las instituciones teológicas para sus programas. Todo muy en línea con la tozudez divina de escoger personas sin cualificación como Amós.

Leer acerca del profeta y su trasfondo me lleva a recordar algo tan importante como el sacerdocio universal de los creyentes, la vieja creencia de la Reforma Protestante que afirmaba, siguiendo lo que dice el apóstol Pedro, que somos una nación de sacerdotes y que todos los creyentes tenemos el mismo status y la misma validez ante el Señor, que las castas sacerdotales son parte del pasado y que revivirlas y fortalecerlas va en contra de las enseñanzas de la Palabra. Leer sobre el profeta también me lleva a reafirmar de nuevo el valor de todo y cada creyente y a desafiarles y equiparles para que puedan vivir con plenitud su llamado y su ministerio.


¿Si Dios pudo llamar y usar para el ministerio a un pastor, qué impide que lo haga contigo?


Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

1 CORINTIOS/ TOMA DE DECISIONES / 1 CORINTIOS 6:12