JESÚS/ MATEO 11:7-19


Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dijeron de él: “Tiene un demonio dentro”.  Pero después vino el Hijo del hombre que come y bebe, y dicen: “Ahí tenéis a uno que es glotón y borracho, amigo de andar con recaudadores de impuestos y gente de mala reputación (Mateo 11: 19-19)

Es mi convicción que nosotros somos personas rotas, nuestro genoma espiritual está afectado por el pecado y, consecuentemente, produce en nosotros una humanidad distorsionada, muy lejos del tipo de ser humano que Dios pensó, creó y diseñó al principio.

En cada persona esta degradación de nuestra humanidad se manifiesta de formas diferentes, del mismo modo que cuando el genoma físico está afectado se manifiesta con enfermedades o deformaciones distintas. Una de estas manifestaciones es nuestro rechazo incomprensible a otros, a su forma de pensar y de vivir.

No estoy diciendo que no haya conductas que son verdaderamente censurables. Todos, a pesar de ser personas afectadas por el pecado somos portadores de la imagen de Dios y, por tanto, tenemos una cierta capacidad para discernir el bien y el mal y existen conductas que son universalmente aprobadas o rechazadas.

Me refiero a ese rechazo que se produce hacia formas distintas de pensar y vivir, esa necesidad de uniformidad casi enfermiza que nos lleva a criticar a unos por una cosa y a otros por exactamente lo contrario. Es ese rechazo que se produce en el ámbito espiritual cuando todo aquello que no encaja en nuestra estrecha manera de pensar tiene que ser rechazado, censurado y condenado.

Jesús lo ilustra con Juan el Bautista y él mismo. A uno lo acusaban de una cosa y al Maestro de exactamente lo contrario. Me hace pensar que no importa lo que hagas y como lo hagas siempre habrá personas en la comunidad de la fe que lo encontrarán mal e inadecuado, tal y como le pasó a Jesús. Por tanto, es mi convicción que uno tiene que ser fiel a aquello que el Señor pone en su corazón y la guía del Espíritu que, como afirma la Escritura, nos guiará a toda la verdad, puesto que si intentamos contentar a los hombres siempre será una tarea vana.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO