JESÚS/ LA DUDA DE JUAN/ MATEO 11:1-6



¿Eres tú el que tenía que venir, o debemos esperar a otro? (Mateo 11:3)


Juan, el primo de Jesús, envía mensajeros a Jesús para que le hagan esa pregunta. Estamos hablando de la misma persona que había bautizado al Maestro y que de hecho, había sido enviada para preparar el camino, para anunciar su llegada. Nos referimos a la persona que señaló a Jesús como el cordero de Dios que había venido para quitar el pecado del mundo.

¿Qué le sucede a Juan? La respuesta, aunque no sea políticamente correcta, es que Juan duda acerca de la identidad de Jesús y así nos lo indica la pregunta que, a través de mensajeros, le hace llegar a su primo.

¿Qué le ha pasado al precursor? ¿Es su estancia en la cárcel y el hecho de que Jesús no mueva ni un solo dedo para rescatarlo de la misma? ¿Cómo es que la duda, la inseguridad y la incertidumbre crecen en el interior de esta persona y qué relación tiene su duda con su encarcelamiento?

Yo creo que la hay pero estoy convencido y soy consciente de que mis explicaciones al respecto serían meras especulaciones y, por tanto, me las reservo. Lo único que tenemos claro y podemos deducir del pasaje es la duda, y esta asaltando a una de las personas más importantes del Nuevo Testamento.

Aprendo de este pasaje que no debemos avergonzarnos de la duda, que esta es legítima, normal y forma parte de la vida cristiana, que todos en un momento u otro de nuestro viaje espiritual la experimentamos y hemos de recibirla como compañera. 

Aprendo que tiene la tendencia a visitarnos en momentos de dificultad, cuando somos más vulnerables y entonces nos invita a que cuestionemos a Dios porque tal vez este no está cumpliendo nuestra expectativas.

Apprendo, finalmente que lo mejor que podemos hacer con la duda no es reprimirla ni negarla, sino simplemente hacer lo que hizo Juan, llevarla ante Jesús y confrontarla clara y abiertamente.

¿Qué dudas necesitas sacar a la superficie y llevar ante Jesús?

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