JESÚS/ INCREDULIDAD/ MATEO 11:20-24
Tú, Cafarnaún, ¿crees que vas a ser encumbrada hasta el cielo? ¡Hasta el abismo serás precipitada! Porque Sodoma no habría sido destruida si en ella se hubieran realizado los milagros que se han realizado en ti. Por eso, os digo que, en el día del juicio, Sodoma será tratada con más clemencia que tú. (Mateo 11:23-24)
Hoy es el último día del año 2014 y la reflexión sobre la incredulidad me parece oportuna y adecuada. Hay una diferencia entre la duda y la incredulidad. La primera de ellas, la duda, es una actitud intelectual, no puedo creer porque no tengo suficiente información o la que tengo no la puedo procesar. Hay honestidad en la duda. El que duda estaría dispuesto a cambiar su posición si nueva luz fuera dada sobre el asunto.
La incredulidad, por el contrario, es una actitud del corazón. Es una disposición a no creer porque la información que tenemos nos afecta, nos confronta, nos exige cambiar y, consecuentemente, la rechazamos. La incredulidad no es honesta, se disfraza, en ocasiones, de duda pero no es lo mismo, ni mucho menos. A diferencia del que duda, que no puede creer, el incrédulo no quiere creer. Ninguna nueva información o perspectiva le hará cambiar porque ha decidido que no creerá y cualquier cosa justificará su posición.
Es curioso que he visto a muchos cristianos ser carentes de misericordia con aquellos que honestamente dudaban, especialmente si también eran cristianos. Sin embargo, esos mismos que fustigaban al que dudaba almacenaban la incredulidad en su corazón y más y más conocimiento de las Escrituras no les hacía ser más similares al Maestro.
Ha llegado un año más a su fin. Hemos acumulado, con seguridad, decenas de sermones, centenares de estudios y de reuniones, ahora bien, si Jesús no es más evidente en nuestras vidas hemos perdido el tiempo y, pudiera ser, que caigamos en la misma categoría que Cafarnaún, tantos milagros experimentados y nada ha cambiado en nosotros, Jesús no es más evidente en nuestra experiencia de vida. Tal vez somos de esos incrédulos que nunca dudan.
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