DEUTERONOMIO PARTE II/ EL SEGUNDO DISCURSO DE MOISÉS/ CAPÍTULO 6



“Escucha, oh Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. (Deuteronomio 6:4)

La gran declaración del Señor a Israel tiene toda la validez y relevancia para nosotros. El significado de la misma es que Él desea ser el Dios de todas y cada una de las áreas de tu vida, desea serlo de tu corazón, de tu mente, de tu sexualidad, de tus motivaciones, de tus valores, de tus dineros, de tu familia, de tu ocio, de tu trabajo, de tus estudios, de tus amigos, de tus metas y prioridades en la vida, en fin, de todo tú, de todo tu ser.

Esto choca frontalmente con la espiritualidad fragmentada que nosotros hemos desarrollado, una espiritualidad en la cual Dios tiene acceso a ciertas áreas y vedadas otras. Un tipo de vida cristiana en la que la soberanía del Señor no se extiende y no tiene la más mínima influencia, una espiritualidad, en fin, que no responde al modelo que nos enseña la Escritura.

Creo que no hace falta ser un sabio para entender que si Jesús es nuestro Señor, y no únicamente nuestro salvador, no puede serlo tan sólo unos días, a unas horas, en unas actividades y en unas áreas de la vida. O todo o nada.

Tampoco estoy hablando de perfección, pero si de la intencionalidad de permitir más y más su señorío sobre nuestra vida, de lo contrario, estamos jugando a espiritualidad pero no siguiendo a Jesús.

Comentarios

Entradas populares de este blog

SE PROPICIO A MÍ PECADOR

ESCLEROSIS

CORAZÓN INCRÉDULO