NO ES POR VISTA, ES POR FE
y caminamos guiados por la fe y no por lo que vemos. (2 Corintios 5:7)
¿Qué ves en esta fotografía? Es totalmente ambigua. El diccionario define el término ambiguo de la siguiente manera: Que puede entenderse de varios modos o admitir distintas interpretaciones y dar, por consiguiente, motivo a dudas, incertidumbre o confusión. Pues bien, así es la realidad en la que nos ha tocado vivir. Todavía me sorprende cuántos seguidores de Jesús se alimentan principal, si no exclusivamente, de los medios de comunicación; especialmente de aquellos que confirman sus pensamientos ¿o deberíamos decir sus prejuicios? para conformar su visión de la realidad y, consecuentemente, determinar su estilo de vida.
El apóstol Pablo indica que no debemos ser así. Nosotros no nos guiamos ni construimos nuestro proyecto de vida en base a la realidad aparente, distorsionada, ambigua y falsa que nos aporta la sociedad. Antes al contrario, lo hacemos en base a la visión de esa realidad que nos presenta Dios por medio de su Palabra. Todo ser humano, sin excepción, tiene una cosmovisión, es decir, unos lentes que les determinan cómo pueden percibir e interpretar la realidad. Numerosos pasajes de las Escrituras nos animan y alertan para que la nuestra, la de los seguidores de Jesús, esté conformada por Dios y no por la sociedad. Pero eso, sólo se puede lograr con intencionalidad, buscando ver y entender el mundo tal y como Dios lo ve. Pero eso sólo se puede lograr cuando decidimos pasar tiempo en la Palabra y la conversación con Dios, las dos cosas principales que moldean nuestra cosmovisión.
¿Con qué lentes moldeas tu cosmovisión? ¿De qué se alimenta?
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