JESÚS/ CARGA LIGERA/ MATEO 11:25-30
¡Poned mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy sencillo y humilde de corazón! Así encontraréis descanso para vuestro espíritu, porque mi yugo es fácil de llevar, y mi carga ligera. (Mateo 11:29-30)
Un espíritu sosegado o descansado es una gran bendición. Poder vivir una vida en paz con Dios, con uno mismo, los demás y nuestro entorno es una legítima y necesaria aspiración. Algunos lo podrían llamar felicidad y creo que, de modo consciente o inconsciente, es la aspiración de todo ser humano. A la vez, es algo de una tremenda fragilidad y parece que de forma constante estemos siempre luchando por mantener los precarios equilibrios que vamos consiguiendo de tanto en tanto en nuestras vidas.
El camino de Jesús es paradójico. El diccionario de la Real Academia Española de la lengua define la paradoja de la siguiente manera: Idea extraña u opuesta a la común opinión y al sentir de las personas. La paradoja golpea nuestro intelecto y nuestro sentido común porque nos parece, como muy bien dice la definición, totalmente opuesta a lo que pensamos y damos por sentado que debería ser la normalidad. La paradoja despierta cierto escepticismo y duda en nosotros porque no nos parece el modo indicado a seguir.
Jesús nos propone para obtener ese descanso de espíritu el aligerar nuestras cargas naturales y humanas dándoselas a Él -hasta aquí parece razonable- para después asumir su carga, su yugo que, en sus propias palabras, es fácil de llevar y ligero -aquí ya comienzan las desconfianzas- porque, la carga de Jesús aparece a nuestros ojos como dura, difícil y pesada.
¿En qué consiste la carga de Jesús, el yugo que nos invita a tomar? Para algunos puede ser el seguimiento de una vida de preceptos religiosos, sin embargo, no creo que sea esto lo que el Maestro nos pide. Su llamamiento es más elevado. Nos invita a que nos unamos a Él en la tarea de ser agentes de restauración y constructores del Reino y es entonces, cuando aceptamos ese yugo que nos hace vivir saludablemente volcados en los demás, cuando entramos en el proceso de encontrar descanso para nuestros espíritus y vivir vidas de plenitud y sentido. Paradójico ¿Verdad? Darse a otros para encontrarse uno mismo.
¿Qué entiendes que es el yugo de Jesús, qué te impide asumirlo con plenitud?
Comentarios
Publicar un comentario