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TAL VEZ TU ESTILO DE LIDERAZGO NO ES BÍBLICO

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  Ellos le dijeron: si hoy te conviertes en servidor de esta gente, si les atiendes y les respondes con buenas palabras, ellos te servirán de por vida (1 Reyes 12:7) Consejo dado por los ancianos de Israel al nuevo rey Roboán. Consejo que despreció y que provocó, primero un cisma político y después uno religioso. Aquí hay un principio espiritual de primer orden; el liderazgo es servicio, lideramos para servir, no para servirnos de las personas en beneficio propio. Las personas no son "mano de obra" para cumplir mis sueños de tener una mejor iglesia, misión u organización. El líder no es el superior, el mejor, el más grande, "el ungido de Jehová" a quien todo el mundo debe respeto, sumisión y ciega obediencia. Liderar es servir y el liderazgo es servicio. No lo he inventado yo. Es lo que la Palabra del Señor enseña y lo que Jesús, no sólo enseñó con sus palabras, sino que lo demostró con sus hechos como ilustra tan bien el lavado de los pies de los discípulos, inclui...

SENSATEZ

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Gracias a tus preceptos soy sensato, por eso odio los senderos falsos. (Salmos 119:104) El salmo 119 es una meditación sobre la Palabra del Señor, su aplicación y los beneficios que puede traer a la vida del seguidor de Jesús. Una de esas bendiciones es la sensatez. La persona sensata es aquella que actúa y piensa de manera prudente, reflexiva y con buen juicio, sopesando las consecuencias antes de tomar una decisión o realizar una acción. Estamos hablando de una persona que tiene la capacidad de discernir delante de las diferentes situaciones de la vida y obrar de la manera más adecuada y correcta.  ¡Qué gran bendición tener esta capacidad! Especialmente necesaria para poder navegar las complejas aguas del mundo en el que nos ha tocado vivir donde se nos ofrecen de manera continuada tantos y tantos caminos o senderos falsos, expresión bíblica que traducida a nuestra vida contemporánea sería, tantos y tantos estilos de vida disponibles que no están alineados con la voluntad de...

EL LÍDER ENTRÓPICO

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    El libro de Proverbios de la Biblia está lleno de sabios y buenos consejos acerca del liderazgo. En uno de ellos leemos:  El necio cree que lleva un buen camino, el sabio se deja aconsejar  (12:15). Este otro afirma:  Pues la estrategia gana las guerras, y los buenos consejos dan la victoria  (24:6) Finalmente, otro más entre muchos:  Cuando falta consejo fracasan los planes; cuando abundan los consejos, se cumplen  (15:22)   El énfasis está en la importancia para todo líder de recibir retroalimentación. Tanto la que nos gusta (fácil confundir con halagos) como la que no nos gusta (fácil tomársela como algo personal) Pero, lamentablemente, lo que los estudios nos muestran es que cuanto más alto se encuentra un líder en la jerarquía de cualquier organización menos retroalimentación recibe, menos la pide y menos gente está dispuesta a correr el riesgo de decirle la verdad. Esto, unido a que muchos líderes nunca preguntan acerca de cómo lo e...

RECICLAR EL SUFRIMIENTO

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  Antes de haber sufrido pequé, pero ahora respeto tu palabra. Me vino bien haber sufrido para así aprender tus normas. (Salmo 119:67 y 71) Hay un sufrimiento que es directamente producto de nuestro pecado, de las decisiones que hemos tomado, de las acciones u omisiones que hemos llevado a cabo. Podemos afirmar que, simplemente, estamos cosechando aquello que hemos sembrado.  Sin embargo, el sufrimiento puede tener un valor pedagógico muy grande. El salmista nos muestra en estos versículos que ha hecho un serio trabajo de reflexión sobre su sufrimiento y ha sacado conclusiones positivas para su vida. A saber, respetar la Palabra del Señor y aprender sus normas. A menudo, el sufrimiento producto de nuestro pecado es inevitable y no nos queda más remedio que experimentarlo, pero podemos reciclarlo, aprender de este e introducir cambios en nuestras vidas. Está relacionado con lo que afirmaba Pablo que a aquellos que aman a Dios, todas las cosas ayudan para bien. Pero esto só...

SALVADO DE MÍ MISMO

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  El evangelio es poder de Dios para salvación. (Romanos 1:16) Jesús es el Salvador y el evangelio poder del Señor para salvar. El problema es que muchas personas no consideran que necesiten un salvador. Salvarnos ¿de qué? Tiene todo el sentido del mundo. Sin conciencia de la necesidad no hay conciencia de la necesidad de un salvador. Creo que necesitamos alguien que nos salve de nosotros mismos. Desde los pequeños hechos -como dejar tu automóvil en un paso para peatones-, hasta los grandes -como el genocidio de Gaza-, nos damos cuenta de lo que somos capaces de hacer dada la oportunidad. Mucha de nuestra aparente bondad es simplemente ausencia de oportunidad ¿qué no dejaríamos de hacer si supiéramos que podemos resultar impunes? Piensa que muchas personas ya han apagado su conciencia y se han dejado llevar por el monstruo que cada uno de nosotros llevamos dentro. La sociedad lo facilita calificando la culpa -una señal de estar sanos moralmente- como una emoción dañina. Probab...

VERGÜENZA

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  No me avergüenzo del evangelio (Romanos 1:16) La vergüenza es definida como una emoción humana compleja caracterizada por un sentimiento de turbación o deshonra por no ser el tipo de persona que los demás o uno mismo esperan y que, consecuentemente, puede llevarnos a un rechazo social.  Vamos a leerlo de otra manera; en nuestro contexto cultural ser un seguidor de Jesús e identificarnos públicamente con Él, sus enseñanzas y su estilo de vida puede conllevar un rechazo por parte de nuestro entorno porque cada vez somos más políticamente incorrectos, no somos el tipo de personas que deberíamos ser a los ojos de lo que nuestro contexto considera aceptable. Consecuentemente, sentimos vergüenza y optamos por la autocensura a fin de encajar en las expectativas de aceptabilidad. Todo este proceso es muy sutil y debemos de tener muy buena autoconsciencia  para, primero detectarlo y posteriormente gestionarlo. Es una pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos: ¿nos avergonz...

EL HIJO DE DAVID

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  Acerca de su hijo, descendiente, en cuanto hombre de David (Romanos 1:3) Todos hemos tenido en alguna ocasión la triste o desagradable experiencia de no sentirnos entendidos por otros. Nuestro interlocutor puede ser que lo intente, incluso que le ponga su mejor intención. Pero, lamentablemente, no ha estado en nuestros zapatos, no puede, por más que incluso lo afirme, entender lo que hemos o estamos viviendo.  Por eso en el cristianismo la encarnación es tan importante, tan decisiva. Porque ¿qué sentido tendría la relación con un Dios que no tiene ni idea de la experiencia humana? Una deidad lejana, cósmica, viendo las cosas desde la distancia, pero carente de la capacidad, más allá de la pura teoría, de entender la realidad de esos seres que ha creado. Pero el Dios de las Escrituras no es así. El Nuevo Testamento insiste una y otra vez en la completa y plena humanidad de Jesús. Nos indica que ha tomado la iniciativa de habitar entre nosotros pero, lo que es más importa...