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NO TE AMOLDES

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  No os amoldéis a los criterios de este mundo; al contrario, dejaos transformar y renovad vuestro interior. (Romanos 12:2) Amoldarse es tomar la forma de algo. Un algo que se impone sobre nosotros y modifica nuestra forma de ser. La masa de un pastel que se vierte en un molde toma la forma del mismo. Pablo no puede ser más claro, nos está diciendo que los criterios de la sociedad en la que vivimos no vayan moldeando, primero nuestras mentes -todo cambio comienza allí- después nuestros corazones y, finalmente, nuestras conductas.  Estamos expuestos día y noche a esos criterios que menciona el apóstol, lo estamos por medio de las redes sociales, los medios de comunicación, los mensajes políticos, sociales, culturales y económicos. La sociedad (al menos por ahora) no nos presiona de forma violenta para que nos amoldemos, eso nos generaría alarmas y nos pondría en guardia. La presión es gradual, imperceptible y cuando nos damos cuenta mucha de nuestra manera de pensar ya está amo...

DIOS ESTÁ PRESENTE PERO, ¿SOMOS CONSCIENTES?

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  ¿A dónde iré lejos de tu espíritu? ¿A dónde huiré lejos de tu presencia? (Salmo 139:7) David expresa de forma poética la realidad de la presencia constante del Señor. En el Nuevo Testamento se expresa de otras maneras; por ejemplo, con el nombre de Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros. También en su última promesa antes de la ascensión: estaré con vosotros todos los días hasta el fin. Dios, pues, está presente 24/7 en todo momento, en toda actividad. Cuando duermo y cuando me despierto (interesante que Dios ha hablado en muchas ocasiones por medio de sueños). El tema no es su presencia, el tema es nuestra capacidad de tener conciencia de la misma en la vorágine de la vida cotidiana con todas sus actividades y todas sus demandas.  No creo que se trate de algo emocional, de sentir algo. Yo soy bastante racional y, consecuentemente, la conciencia de su presencia estará alineada con la forma en que Él me ha hecho. Se trata de tomar conciencia, de aprender a discernir esa presencia...

¿QUÉ ES ADORAR A DIOS?

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  Por el amor entrañable de Dios os lo pido, hermanos: presentaos a vosotros mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Ese ha de ser vuestro auténtico culto. (Romanos 12:1) Fíjate que tremenda involución se ha producido en nuestra manera de entender la relación con Dios. Nosotros somos el templo del Dios vivo porque Él no habita en edificios hechos por manos humanas. Sin embargo, seguimos pensando e incluso enseñando que el domingo vamos a la casa del Señor. Y eso, poco a poco, va calando en nuestras mentes con consecuencias perniciosas. La primera, es que Dios está ausente de la vida cotidiana porque nos espera el domingo en el templo. La segunda, que lo auténticamente espiritual es lo que hacemos allí, en los locales de reunión. La tercera es que restringimos la adoración básicamente a cantar canciones (centradas en nosotros mismos y alejadas de la misión) durante los encuentros dominicales. Si te das cuenta es muy parecido a la espiritualidad del Antiguo Testamento. Pe...

UNA FE MEZCLADA

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  Así que, por un lado veneraban al Señor y, por otro, daban culto a otros dioses. (2 Reyes 17:33) Al hablar de una fe mezclada me refiero a una fe sincretista; es decir, una que fusiona o concilia elementos culturales diferentes. El anónimo autor del libro de Reyes define así la religiosidad de los pueblos que el rey de Asiria usó para repoblar el antiguo reino de Israel. Aceptaron al Señor pero siguieron dando culto a otros dioses. Este sincretismo -mezcla de creencias- fue también típico de los israelitas hasta que acabaron en el exilio. El anónimo autor antes citado define así la forma de vida del pueblo escogido: "habían adorado a otros dioses, imitando las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado" ¿Y qué sucede con nuestra fe, hasta que punto vivimos una fe sincretista? Si de forma honesta y profunda examinamos nuestra fe tal vez podemos encontrarnos en la misma situación que la descrita por la Escritura; creemos y aceptamos al Señor, sin embargo, permiti...

EL HÁBITO DE EL CORAZÓN

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  Examíname, oh Dios, conoce mi corazón. (Salmo 139:23) En la Biblia, según la antropología hebrea, el corazón es el centro de control, es donde se define y ejecuta nuestro proyecto vital. De la Biblia nacen las conductas y estas no se van a cambiar de forma sostenible si primero no se cambia el corazón. Es la diferencia entre moralidad -se centra en el exterior- y transformación -se centra en el interior-. Pero la Palabra también nos dice que el corazón es, por definición, engañoso. El peor engaño es que nos hacemos a nosotros mismos. Por eso, las Escrituras nos invitan a traer el corazón a examen para que Dios pueda ayudarnos a discernir qué cosas hay en su interior que no están alineadas con su voluntad y que más tarde o más temprano se expresarán en conductas que no honrarán al Señor ni respetarán a nuestro prójimo. Recomiendo de forma encarecida que una vez al día, al comenzar o al acabar el mismo, traigamos el corazón ante el Señor para que haga una revisión que nos ayude a v...

DIOS Y EL MISTERIO

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  Me supera este saber admirable, tan elevado que no puedo entenderlo. (Salmo 139:6) Hay cosas que son racionales, es decir, que tienen sentido porque están alineadas con nuestra razón. Hay cosas que, por el contrario, son irracionales, es decir, se oponen a la razón o a la lógica. Pero también hay cosas que son suprarracionales. Son aquellas que están más allá de la razón, por encima de ella, que la excede. No son irracionales, más más allá de esta que es incapaz de abordarlas. Dios es suprarracional y nos equivocamos cuando intentamos explicarlo o explicarnos su intervención en el mundo en base a la razón y aún más una razón caída, es decir, afectada por el pecado como el resto de las dimensiones de la realidad humana. Sucede que nuestra fe entra en conflicto ante nuestro intento de procesar al Señor desde la razón en vez de abandonarnos al misterio, entendiendo este como la dimensión que la razón no puede alcanzar. David, sin el lenguaje técnico que yo utilizo aquí, lo expresaba...

VIVIR EN TENSIÓN INTERNA

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  Así que, concluyendo, por una parte mi razón me inclina a servir a Dios; por otra, mis desordenados apetitos me tienen esclavizado a la ley del pecado. (Romanos 7:25) Todo el capítulo 7 de Romanos describe la tensión a la que nos vemos sometidos los seguidores de Jesús. Venimos de los capítulos anteriores donde se nos ha enseñado que somos libres gracias a la libertad que Jesús ha conquistado para nosotros. Sin embargo, como bien nos muestra Pablo, existe otra realidad que convive con la anterior: el pecado sigue morando en nosotros y, sea por nuestro estilo de vida actual, por nuestra biografía pasada o por circunstancias únicas y singulares de la vida de cada uno de nosotros, no es extraño que estemos esclavizados a determinados hábitos de pecado que han arraigado en nuestras vidas y que nos muestran que es verdad lo que Jesús afirmó: "todo aquel que hace pecado se convierte en un esclavo del pecado".  Necesitamos ser reeducados para la libertad.