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GRACIA Y VERDAD

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  Porque la ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos vinieron por medio de Jesucristo. (Juan 1:17) Pensando en nuestra realidad como seres humanos todos necesitamos una buena dosis de verdad. Verdad acerca de cómo somos, de lo que anida en nosotros, de nuestras actitudes, valores, conductas y, sobre todo acerca de lo oculto de nuestras vidas, los pensamientos y las intenciones del corazón. Necesitamos ser realistas con nosotros mismos.  Jesús viene a nuestras vidas con verdad. Nos muestra cómo realmente somos y la necesidad que tenemos de transformación. Sin embargo, esa verdad puede ser dolorosa, difícil para nosotros de encajar y soportar cuando nos vemos como realmente somos. Un pensador americano afirmaba que el ser humano no puede aceptar muchas dosis de realidad.  Por eso el Maestro viene también lleno de gracia. Mostrándonos amor y aceptación incondicional en medio de esa verdad, con esa verdad. La verdad sin gracia puede ser abrumadora, fru...

CONTRACULTURA

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  Pero entre vosotros no debe ser así. Antes bien, el más importante entre vosotros, debe ser como el más pequeño, y el que dirige debe ser como el que sirve. (Lucas 22:26) Jesús instaura un modelo contracultural de ser un líder y a eso se refiere esta declaración suya, sin embargo, podemos afirmar que el Maestro viene a ofrecernos vivir de forma contracultural, no únicamente en la esfera del liderazgo, sino de todas y cada una de las diferentes dimensiones o áreas de nuestra vida, el sexo, las relaciones, el trabajo, el ocio, la familia, los valores, las prioridades, los paradigmas y un etcétera tan largo como deseemos. La opción de Jesús es en estos días más y más contracultural y, consecuentemente, optar por ella implica contrastar; un contraste que va a ser mal visto por la cultura y la sociedad en la que vivimos. ¿Optaremos por ser contraculturales o, por el contrario, por el conformismo social y cultural? La decisión marcará nuestro estilo de vida.

TODOS SOMOS ZAQUEO

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  Este se aloja en casa de un hombre de mala reputación. (Lucas 19:7) Durante años he guardado esta ilustración que encontré en Internet. Representa a Jesús a la mesa con gente, que si nos fijamos bien, probablemente nosotros nunca invitaríamos a nuestra mesa. Recuerdo haberla usado para ilustrar la maravilla de participar en la mesa del Señor donde todos los indignos somos invitados y provocar indignación en algunos miembros de la congregación que pastoreaba. El versículo de Lucas hace referencia a los comentarios que "la gente de bien" hizo por el hecho de que Jesús, no sólo se relacionara con Zaqueo y sus amigos, sino que incluso se sentara a la mesa con ellos. Esto me llevó a pensar que todos los que tenemos una relación con Jesús somos Zaqueos a los que el Maestro ha tenido a bien entrar en nuestra casa y sentarse a la mesa con nosotros y al hacerlo nos ha concedido dignidad y valor. También me ha llevado a pensar que no podemos ni debemos olvidar nuestra condición ya qu...

¿DÓNDE ESTÁN LOS PROFETAS?

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  No tenemos bandera, no queda un profeta. (Salmo 74:9) Con demasiada frecuencia se ha asociado a los profetas con la predicción del futuro. Sin duda, esta era una de sus funciones, pero no la principal. Los profetas eran hombres y mujeres que Dios levantaba en tiempos especiales con la función prioritaria de recordarle al pueblo la necesidad de ser fieles a los principios básicos del pacto, de la relación con Dios. Eran una especie de conciencia social y, por esta razón, no acostumbraban a ser muy famosos. Me pregunto dónde están hoy en día los profetas, esos hombres y mujeres nos sacudan la conciencia y nos recuerden que, con demasiada frecuencia, hemos olvidado la misión del Señor y nuestra suprema responsabilidad de ser de bendición para un mundo roto. Observa las redes y verás que abundan los que calientan nuestro corazón y nos hacen sentir bien, no aquellos que zarandean nuestras conciencias. Ojalá el Señor nos envíe profetas.

¿ERES FELIZ?

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  Pero yo junto a Dios soy feliz (Salmo 73:28) En primer lugar, esta foto me parece una tontería pero es lo que Google te devuelve cuando introduces la palabra felicidad (aun es peor en inglés) en el buscador. En segundo lugar, la afirmación del salmista es muy fuerte y al leerla me confronta y me obliga a pensar si puedo decir de forma honesta y sincera, es decir, más allá del tópico o la respuesta políticamente correcta, que junto a Dios soy feliz. Es imposible hacer esta afirmación sin antes haber definido qué es la felicidad. Por tanto, ¿qué es la felicidad para ti? Sólo respondiendo primeramente a esta pregunta podrás saber si puede decir como el salmista que junto a Dios eres feliz.

IMITANDO EL PADRE

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  Padre de los huérfanos, defensor de las viudas es Dios en su santa morada. Dios acoge en su casa a los desamparados y libra a los cautivos entre cantos de júbilo. (Salmo 68:6-7) En todas las mitologías de la antigüedad los dioses son los protectores y benefactores de los ricos, los poderosos, los gobernantes. Únicamente en el Antiguo Testamento el Señor se declara protector de los vulnerables que habitualmente quedan englobados en la expresión el huérfano, la viuda y el emigrante, es decir, aquellos que no tienen quien les ayude y están en situación de desamparo. Pablo nos enseña que seamos imitadores del Señor como hijos amados suyos. No hace falta tener una maestría en divinidades ni ser un experto en teología para darnos cuenta que esa afirmación del apóstol unida a la enseñanza del Antiguo Testamento no interpela a todos nosotros, los que nos identificamos como seguidores de Jesús, a no ser indiferentes a las necesidades de aquellos que ocupan un lugar especial en e...

EL REINO ENTRE VOSOTROS

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  En realidad, el reino de Dios ya está entre vosotros. (Lucas 18:21) Un reino es el espacio donde la autoridad de un rey es reconocida, aceptada e implementada. Por eso la paradoja de las palabras del Maestro que, por una parte nos pide que oremos para que venga su reino y, por la otra, afirma que ya está entre nosotros. El reino es una realidad creciente pero no culminada. Lo primero que debo pensar es si el reino está presente en mi propia vida personal. Es decir, si los valores, los paradigmas, las actitudes y las acciones del reino son visibles, identificables en mi propio proyecto vital. Si es así, por sus frutos seremos conocidos, el reino está presente en mí, de lo contrario, lamentablemente, no lo está. Lo segundo es que nosotros hacemos presente el reino en los ámbitos en los que nos movemos: familia, trabajo, amigos, estudios, asociaciones, vecindario, iglesia, etc., etc. Si el punto anterior se ha cumplido, el segundo viene de forma natural porque, allí donde voy y esto...