JESÚS ES QUIEN INVITA A SU MESA
Tomad, esto es mi cuerpo. (Marcos 14:22) Hace un par de días con Sara, mi esposa, vimos la película Bonhoeffer que narra parte de la vida del teólogo alemán que se opuso fuertemente al nazismo. Este pastor luterano fue detenido y ejecutado por participar en un atentado contra Hitler y por su abierta, pública y sistemática oposición al nazismo y al papel que una parte considerable del luteranismo jugo en favor del dictador. La noche antes de ser ejecutado en la horca, el pequeño grupo de prisioneros con los que compartía su privación de libertad le pidieron celebrar la Cena del Señor. Él bendijo el pan y el vino y lo pasó a sus compañeros de celda. Uno de los carceleros de las SS quiso participar y fue rechazado por los otros prisioneros. Bonhoeffer se interpuso afirmando que no era él, no eran ellos -sus compañeros- quienes invitaban a la cena sino Jesús. El carcelero recibió los símbolos del pan y el vino. Para mí es una profunda lección acerca de cuán fácilmente olvidamos que f...