EL HÁBITO DE EL CORAZÓN
Examíname, oh Dios, conoce mi corazón. (Salmo 139:23) En la Biblia, según la antropología hebrea, el corazón es el centro de control, es donde se define y ejecuta nuestro proyecto vital. De la Biblia nacen las conductas y estas no se van a cambiar de forma sostenible si primero no se cambia el corazón. Es la diferencia entre moralidad -se centra en el exterior- y transformación -se centra en el interior-. Pero la Palabra también nos dice que el corazón es, por definición, engañoso. El peor engaño es que nos hacemos a nosotros mismos. Por eso, las Escrituras nos invitan a traer el corazón a examen para que Dios pueda ayudarnos a discernir qué cosas hay en su interior que no están alineadas con su voluntad y que más tarde o más temprano se expresarán en conductas que no honrarán al Señor ni respetarán a nuestro prójimo. Recomiendo de forma encarecida que una vez al día, al comenzar o al acabar el mismo, traigamos el corazón ante el Señor para que haga una revisión que nos ayude a v...