2 CORINTIOS/ EXAMEN FINAL / 2 CORINTIOS 5:1-10
Por eso, tanto si vivimos en este cuerpo, como si lo abandonamos, lo que deseamos es agradar al Señor. Porque todos nosotros tenemos que presentarnos ante el tribunal de Cristo para que cada uno reciba el premio o el castigo por lo que hizo durante su vida mortal. (2 Corintios 5:8-10)
Como somos salvos por medio de la gracia muchas veces olvidamos que, a pesar de todo, vamos a tener que pasar un juicio. Es cierto que el mismo no afectará a nuestra salvación, pero también lo es que en él habrá premios y castigos. Algunos lo llaman el juicio de nuestra mayordomía, del modo en que hemos usado nuestra vida, talentos, tiempo, recursos, etc. desde el momento en que aceptamos Jesús como Señor y como Salvador.
Pablo nos da una ayuda y nos indica los criterios que van a ser usados para evaluar nuestra caminar en esta tierra. De algún modo indica que si te esfuerzas por agradar a Dios con toda seguridad podrás presentarte ante el tribunal con plena seguridad y confianza de no suspender o reprobar tu examen.
Esforzarse en agradar a Dios queda muy difuso. Es muy evangélico, y a los evangélicos nos encantan esas frases grandilocuentes a las que todo el mundo puede decir ¡Amen!, que no significan gran cosa específica y, consecuentemente, no nos comprometen a nada. Jugada perfecta.
Déjame simplificar y desafiar. Si imitamos a Jesús agradamos a Dios. Si en nuestras relaciones interpersonales imitamos al Maestro, agradamos a Dios. Si procuramos tener el tipo de relación que tuvo con el Padre, agradamos a Dios. En resumen, si Jesús es más y más y más evidente día tras día en nuestro cotidiano vivir, podemos estar seguros que estaremos agradando a Dios y, consecuentemente, que nos podremos presentar con confianza ante el tribunal del Cristo.
Por cierto, las ilustraciones de los últimos días son representaciones del arte cristiano etíope ¡Me encantan!
Si el examen fuera hoy ¿Qué calificación sacarías?
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