¿QUÉ TIENEN QUE VER ROMEO Y JULIETA CON ROMANOS 5?

 


Fue el ser humano el que introdujo el pecado en el mundo, y con el pecado la muerte. Y como todos pecaron, de todos se adueño la muerte. (Romanos 5:11 y 12)

Romeo y Julieta es la magistral obra escrita por Shakespeare. Se narra el amor imposible entre los miembros de los familias de la ciudad italiana de Verona enfrentadas por odios ancestrales. La obra refleja un concepto muy común en muchas culturas, entre ellas la judía, la solidaridad corporativa, algo totalmente ajeno al mundo occidental y que hace que nos resulte difícil entender el pensamiento de Pablo expresado en los versículos que preceden esta entrada.

W. Barclay, en su comentario al N. Testamento lo explica así: "Verdaderamente el judío nunca se consideró a sí mismo como un individuo; él siempre se consideró como parte de un clan, una familia, una nación; y aparte de aquella sociedad no tenía existencia... Uno de los ejemplos más claros de esta clase de cosas... es la enemistad de sangre entre pueblos primitivos. Supongamos que un hombre de una tribu. Entonces es deber de la tribu... vengar esa muerte sobre la otra tribu; resulta una enemistad, no una contienda entre personas, sino una contienda entre tribus. Es la tribu la que ha sido dañada, y la tribu que toma venganza. 

Con este principio de solidaridad corporativa en mente podemos entender lo que Pablo trata de explicar en la segunda parte del capítulo 5 de Romanos. El apóstol no ve a Adán como un individuo. Adán era el representante de la humanidad y, consecuentemente, toda la humanidad pecó en él. Su pecado, dice Barclay, fue el pecado de todos los hombres, incluidos tú y yo.

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