Entradas

SOLEDAD

Imagen
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios. (Salmo 46:10) Personalmente me encanta la soledad, sin embargo, entiendo que para muchas personas les resulte difícil estar a solas con ellas mismas. La soledad nos fuerza a encontrarnos con nosotros mismos y no siempre nos gusta el resultado de ese encuentro. Es mucho más fácil escapar sumergiéndonos en el ruido; además, nuestra hiperconectada sociedad nos provee de múltiples oportunidades para huir de esa introspección; Internet, los dispositivos móviles de todo tipo, Netflix, HBO, fútbol, música; en fin, todo contribuye para no tener que pasar tiempo de soledad ¡Quién sabe lo que podemos descubrir sobre nosotros mismos en esos tiempos que pueden ser percibidos como una auténtica amenaza!  Jesús entendía la importancia de la soledad. En momentos de presión, de decisión, de lucha optaba por ella alejándose de las multitudes y del ruido e incluso del éxito del ministerio. En la soledad encontraba las fue...

PROCESOS

Imagen
Las lágrimas que derramamos cuando sembramos la semilla se volverán cantos de alegría cuando cosechemos el trigo. (Salmo 126:6) Al pensar en un proceso vienen a mi mente ideas de movimiento, esfuerzo y fases, y todo ello en un marco de tiempo que no acostumbra a ser corto. La Biblia es un libro de procesos; Dios trabaja con procesos. Nosotros, por el contrario, somos gente de eventos; lo queremos todo ahora mismo y, además, sin ningún tipo de esfuerzo. Simplemente queremos que las cosas sucedan y ¡Sucedan ya!. Queremos ser maduros en Cristo sin trabajar nuestro carácter; deseamos que la iglesia crezca sin invertir ni un minuto en compartir la fe; deseamos que el Reino de Dios se establezca sin trabajar para hacerlo realidad. Nosotros simplemente queremos que las cosas pasen o que las hagan otros, no somos de procesos porque, como mencioné anteriormente, implican movimiento, esfuerzo, dedicación, persistencia y fases.  Pero, una vez más, cuando miramo...

LA BASE PARA SENTIRNOS DIGNOS, VALIOSOS Y VALIDADOS COMO PERSONAS

Imagen
Yo te he amado con amor eterno; por eso te sigo tratando con bondad. (Jeremías 31:3) Sé que el título de esta entrada es largo, pero es importante. Recientes investigaciones afirman que las personas siempre estamos buscando sentirnos dignos, validados como personas, valiosos como seres humanos. A efectos de simplificar diremos que habitualmente hay tres grandes cosas en las que buscamos satisfacer esa necesidad tan vital para todo ser humanos: el control, la protección y el agradar a los demás. El control significa que somos valiosos si conseguimos cosas, objetivos, posesiones, metas, proyectos, etc. Esos logros nos validan como personas, nos hacen sentir que somos valiosos y dignos; por tanto, los perseguimos de forma consciente o inconsciente, lo hacemos porque de ello depende nuestra identidad. La protección significa que conseguimos ese valor y validad por medio de impedir a toda costa que los demás nos puedan dañar. Mantenemos una distancia, somos arrogantes y...

¿LO ÚLTIMO QUE SE PIERDE?

Imagen
Estos son los que han pasado por la gran persecución, los que han lavado y blanqueado sus túnicas en la sangre del Cordero.   Por eso están ante el trono de Dios, rindiéndole culto día y noche en su Templo; y el que está sentado en el trono los protege.   Ya  no volverán a sentir hambre ni sed ni el ardor agobiante del sol.   El Cordero que está en medio del trono será su pastor, los conducirá a manantiales de aguas vivas, y Dios mismo enjugará toda lágrima de sus ojos. (Apocalipsis 7: 14-17) En breve, en Madrid, se celebrará el sorteo de Navidad, algo esperado por millones de personas que tienen la esperanza de poderse ver agraciados con un premio de dinero. Su esperanza consiste en un ojalá, un deseo, una aspiración, una probabilidad estadística, bien remota por otra parte. La posibilidad de que alguien pueda obtener el primer y gran premio es de 0,00001%;  sin embargo millones de españoles tienen esperanza en esa posibilidad y se gastan anualment...

CUESTIÓN DE LEALTADES

Imagen
Digno eres de recibir el libro y romper sus sellos, porque has sido degollado y con tu sangre has adquirido para Dios gentes de toda  paz, pueblo y nación, y has constituido con ellas un reino de sacerdotes, que servirán a nuestro Dios y reinarán sobre la tierra. (Apocalipsis 5:9-10) Amo la tierra donde nací, sus gentes y su cultura, sin embargo, no son mi primera lealtad. Mi primera lealtad es al Reino de los Cielos y al deseo de Jesús de superar las barreras y las divisiones sociales, culturales, políticas, religiosas, económicas, de genero y un etcétera tan grande como deseemos. En Jesús, así lo afirma repetidamente la Escritura, todos somos uno y, como indica la Palabra, ya no hay... todo lo antes mencionado. Pero lo cierto es que todos crecemos en un ambiente cultural determinado del cual formamos parte y este sentimiento tribal -dicho esto sin ninguna connotación negativa- con demasiada frecuencia nos hace perder de vista nuestra primera y princi...

ÉL, SIMPLEMENTE ES

Imagen
... Santo, santo, santo. Señor, dueño de todo, el que era, el que es, el que está a punto de llegar. (Apocalipsis 4:8) Dios no tiene ni pasado, ni presente, ni futuro. Dios, simplemente es. El tiempo no existía hasta que creó los cielos y la tierra. Nosotros vivimos en el tiempo y tenemos, por tanto, un pasado, un presente y un futuro; Él, simplemente es. Existía antes que nosotros y seguirá existiendo cuando nosotros ya no estemos. Él está fuera del tiempo, no tiene principio ni tiene fin.  Él no, pero nosotros sí. Ahí radica nuestro problema, que nosotros podemos vivir atascados en el pasado, temerosos del futuro e incapaces de manejar el presente. El pasado nos puede perseguir con cargas, culpas, errores y una sensación de insatisfacción por lo que pudo haber sido y no fue. El futuro puede presentarse incierto, inseguro, amenazante y lleno de tormentas. El presente puede ser difícil de gestionar por todo lo anteriormente dicho.  Creo que ...

LLAMANDO A LA PUERTA

Imagen
¿No ves que estoy llamando a la puerta? Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaré en su compañía. (Apocalipsis 3:20) Innumerables veces hemos usado estas palabras de Jesús para invitar a aquellos que no le conocen a la conversión, a tener una relación personal con Él. Sucede, con demasiada frecuencia, que olvidamos leer estos pasajes en clave personal, es decir, aplicándolos a nuestra situación. Nos da la impresión que una vez que somos cristianos ya no tiene nada que aportarnos ni decirnos. Pero, pensemos por un momentos, ¿Cuántas áreas de nuestras vidas están cerradas al señorío y la autoridad del Señor? Puede ser que nuestro trabajo, relaciones, familia, dinero, tiempo, sexualidad, o cualquier otra, permanezcan bajo nuestro control, ajenas a la influencia de Jesús, sin alinearse con Él y sus expectativas para nosotros. Visto así, la invitación del Maestro continuaría siendo pertinente y necesaria para nosotros. Visto así, sería una nueva invitac...