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1 JUAN: ILUSOS

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  Si alardeamos de no cometer pecado somos unos ilusos... dejamos a Dios por mentiroso y además es señal de que no hemos acogido su mensaje. (1 Juan 1:8 Y 10) Iluso: el que no tiene en cuenta la realidad. Así lo define el diccionario. Decía en el post anterior que el pecado es una realidad que no va a desaparecer, por tanto, hemos de aspirar y trabajar para gestionarlo. Un primer reto de gestión es el pecado que se ha convertido en un hábito en nuestra vida y que no podemos racionalizar ni justificar. El segundo reto de gestión es no ser ilusos, es decir, no ignorar la realidad. Juan es muy tajante al respecto al afirmar que sin no reconocemos el pecado y lo llamamos por su nombre somos unos mentirosos y, lo que es peor, dejamos al Señor como mentiroso porque precisamente es Él quien afirma que el pecado es algo real en nuestras vidas. Pero ¿cómo podemos llegar al punto de creer que no pecamos? En mi opinión, hay dos razones. La primera, porque hay aspectos de pecado de los cuales ...

1 JUAN: NO PUEDE SER

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  Si vamos diciendo que estamos unidos a Dios pero vivimos en tinieblas, mentimos y no practicamos la verdad. (1 Juan 1:6) El pecado continúa siendo una realidad en la vida de cualquier seguidor de Jesús. Hubiera sido increíble que cuando tomamos la decisión de seguir al Maestro el pecado hubiera desaparecido total y absolutamente, ya no estuviera presente en nuestras vidas y no tuviéramos esa terrible inclinación hacia él. Pero... no es así. Por tanto, asumiendo que el pecado no desaparecerá nunca de nuestras vidas hemos de enfocarnos en cómo lo gestionamos. Hay varias ideas que el apóstol Juan menciona al respecto y que vale la pena considerar en este y los siguientes posts. La primera idea es la incompatibilidad en afirmar que estamos unidos al Señor y, sin embargo, vivir en tinieblas. Aquí la idea  que se expresa es que de manera consciente e intencional permitimos el pecado como algo habitual en nuestras vidas. Es lo que llamo "hábitos de pecado", es decir, cond...

1 JUAN: COMO UNO DE NOSOTROS

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Se trata de la vida eterna que estaba junto al Padre y que se ha manifestado, que se ha hecho visible y nosotros la hemos visto y damos testimonio de ella y os la anunciamos. (1 Juan 1:2) Dios descendió a nuestra realidad haciéndose como uno de nosotros, con todas las limitaciones que conlleva la realidad humana. Experimentó todo lo que tú y yo podemos experimentar; Jesús no fue ajeno al dolor -la dimensión física- el sufrimiento -la dimensión emocional-, la vulnerabilidad, la traición, el abandono, la incomprensión, el rechazo, la incomprensión, la manipulación, incluso la tentación -sólo tenemos una registrada en las Escrituras, pero podemos dar por sentado que hubieron muchas más- y, finalmente, la más humana de todas las experiencias humanas: la muerte. Juan insiste una y otra vez en la dimensión humana de Jesús, no sólo porque sin ella no estaría cualificado para ser nuestro redentor, sino porque esta humanidad genera en Él una increíble empatía, comprensión y misericordia hacia n...

1 JUAN: ESE HOMBRE

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  Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que hemos contemplado y tocado con nuestras manos en relación con la Palabra de vida. (1 Juan 1:1) Una de las primeras herejías que se generaron en la Iglesia Primitiva fue la negación de la humanidad de Jesús. Otra fue la negación de su divinidad; esta última mantiene su actualidad, podemos aceptar a Jesús como maestro de moral, pero de ahí a que sea Dios... Finalmente hay quienes lisa y llanamente niegan su existencia a pesar de toda la evidencia histórica. Sólo faltaría eso, que la realidad fuera a afectar mis prejuicios. Lo cierto es que algo muy humano negar aquello que no podemos entender. Todo parece indicar que los destinatarios de la carta de Juan eran de trasfondo griego y para estas personas todo lo relacionado con el cuerpo era malo, sólo el alma, el espíritu, lo etéreo era bueno. Por tanto, que la divinidad hubiera tomado un cuerpo humano era inconcebible ...

ACABAR BIEN

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  He luchado con valor, he corrido hasta llegar a la meta, he conservado la fe. (2 Timoteo 4:7)  Lo importante no son los comienzos, por buenos que estos puedan ser; lo que cuenta es acabar y hacerlo bien. Estas palabras del apóstol me han hecho  pensar en las de Eclesiastés 7:8: "Más vale el final que el comienzo". Son palabras que no llevan a reflexionar acerca de cómo estamos viviendo y adónde nos llevará nuestro estilo de vida. También son palabras de advertencia para evitar una arrogancia que nos haga sentir invulnerables. El propio Pablo afirmaba que aquel que crea estar firme mire de no caer.  Asumo que todos deseamos acabar bien, pero esto no sucede como consecuencia del azar ni está predestinado desde antes de la fundación del mundo. Depende en buena parte de nosotros, de que nos esforcemos en la gracia, de que hagamos nuestra la petición al Padre que nos libre del mal, de nuestra voluntad para reconocer el pecado y confesarlo. En definitiva de caer pero vol...

CAMINAR CON JESÚS

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Me he alegrado sobremanera al comprobar que bastantes de tus hijos viven conforme a la verdad según el mandamiento del Padre (2 Juan: 4) Lo que determina la certeza de nuestro seguimiento del Maestro no es lo que creo sino más bien cómo vivo. Afirmar esto no es una barbaridad. Santiago, el hermano de Jesús, ya lo indicó cuando afirmó que también los diablos creen y tiemblan. Con toda probabilidad tienen una teología mucho más precisa que la nuestra ya que tienen más conocimiento que nosotros.  Siento que necesitamos enfatizar más y más que ser un buen seguidor de Jesús implica necesariamente que cada día nos vamos pareciendo más y más a Él. Que nuestros valores, prioridades, relaciones, reacciones, carácter y un largo etcétera cada vez son más similares a los del Jesús mostrado en los evangelios. Y esto es un proceso que durará toda la vida. Un proceso que sólo alcanzará su plenitud cuando estemos en la presencia del Señor y, tal y como afirma el apóstol Juan, entonces, y sólo ento...

EL SÍNDROME DE DIOTREFES

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  He escrito unas líneas a la comunidad, pero Diotrefes, en su afán de controlarlo todo, no nos ha hecho ningún caso. (3 Juan:9) Ya dice la Escritura que no hay nada nuevo bajo el sol. Las palabras de Juan nos muestran que ya en el siglo primero, pocos años después de la muerte del Maestro, la Iglesia se desviaba del modelo de liderazgo que Jesús enseñó -el siervo- para dejarse llevar por modelos culturales -el controlador-. Diotrefes es uno modelo que según el propio apóstol era alguien con un afán por controlarlo en la vida de la comunidad. Se arrogaba incluso el derecho de decidir sobre la vida privada de las personas y sus relaciones. No dejemos de tener en cuenta que este tipo de liderazgo es censurado claramente por Juan e indica que cuando lo vea físicamente lo confrontará ¿por qué esa confrontación? Sencillo, porque no es la manera de liderar. El escritor contrasta este tipo de liderazgo con el de Gayo y Demetrio, personas que servían a la comunidad y no se enseñoreaban de ...