Entradas

DISPOSICIÓN

Imagen
Si uno quiere venir conmigo y no está dispuesto a dejar... no podrá ser discípulo mío. Como tampoco podrá serlo el que no esté dispuesto a cargar con su propia cruz para seguirme. (Lucas 14:26-27) Tener la intención de hacer algo y estar preparado para ello. Así define el diccionario la palabra dispuesto. Seguir a Jesús implica renuncia y carga. A lo que uno debe renunciar y debe cargar es totalmente personal, son ajustes que cada uno de nosotros ha de hacer con el Señor. No somos quién para imponer en otros renuncias y cargas, mas bien, para discernir las nuestras propias. Lo que si está claro, meridianamente claro, es que es una quimera -el diccionario la define como:  Sueño o ilusión que es producto de la imaginación y que se anhela o se persigue pese a ser muy improbable que se realice.- pretender seguir a Jesús sin renuncia ni carga. ¿Cuál es tu renuncia, cuál es tu carga?  

PON ORDEN

Imagen
  Esto dice el Señor: "Pon orden en tus asuntos, pues vas a morir, no te curarás." (2 Reyes 20:1b) Este fue el sorprendente mensaje que el rey Ezequías recibió del Señor por medio del profeta Isaías. ¿Cómo responderíamos nosotros si recibiéramos ese mismo mensaje? ¿Qué significaría para nosotros poner orden en nuestros asuntos? ¿Relaciones que restaurar? ¿Perdones que pedir u otorgar?  Sin duda la vida de cada uno de nosotros es única y singular, sin embargo, el principio bíblico sigue siendo válido para todos nosotros sin excepción y es algo que vale la pena pensar, meditar y actuar. ¿Qué debes hacer en respuesta a este mensaje del Señor en su Palabra?

REFLEXIONES EN TORNO AL SALMO 51. EL DIOS OLVIDADIZO

Imagen
Aparta tu rostro de mis pecados, borra todas mis culpas. (Salmo 51:11) Perdono pero no olvido. Es una frase que todos hemos oído e incluso hemos dicho. Podemos perdonar pero llevamos un registro de las ofensas que se nos han hecho y, no sin razón, las mismas pueden condicionar nuestra relación con la persona perdonada. Podemos pensar que Dios es como nosotros, que cuando confesamos nuestros pecados si, los perdona, pero mantiene un registro detallado de cada uno de nosotros, del mismo modo que la justicia tiene nuestros antecedentes penales.  Pero no es así, la Biblia afirma que: " Yo, soy yo quien borra tus crímenes y decido no acordarme de tus pecados." (Isaías 43:5) El Señor, no sólo borra el pecado, sino que también destruye todos los registros; en la práctica es como si nunca hubieras cometido ese pecado. Es como si todo en tu relación con Él comenzara de cero, sin deudas, ni antecedentes, ni registro en contra tuya. ¿Qué reacción produce esto en ti?  

REFLEXIONES EN TORNO AL SALMO 51. DEFECTO DE FÁBRICA

Imagen
  Yo en la culpa fui engendrado, en pecado me concibió mi madre. (Salmo 51:7)  Fue el escritor de la Ilustración Rousseau quien afirmaba que el hombre era bueno por naturaleza pero era la educación la que lo echaba a perder; tal vez por eso abandonó a sus cinco hijos en un hospicio para niños y nunca se preocupó por ellos. Al hacerlo, no tuvo que preocuparse de confirmar su teoría sobre la bondad humana. Por otro parte, un siglo antes, Thomas Hobbes ya había afirmado que el hombre era malo, un depredador para los otros seres humanos. Vemos, pues, dos maneras diferentes y enfrentadas de percibir al ser humano. Creo que Hobbes está más alineado con la verdad bíblica que considera que desde la rebelión de Adán y Eva contra el Señor y su autoridad el pecado se ha ido transmitiendo genéticamente de generación en generación. Tú y yo somos la evidencia de esa realidad. Somos como esos productos que salen de fábrica ya defectuosos y, por tanto, siempre funcionarán de esa manera a meno...

REFLEXIONES EN TORNO AL SALMO 51. RECONOCER

Imagen
  Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado. Contra ti, sólo contra ti pequé, yo hice lo que tú aborreces, así que serás justo en tu sentencia, serás irreprochable cuando juzgues. (Salmos 51:5-6) Reconocer la culpa, confesar. La palabra que el griego usa en el Nuevo Testamento es: "homologeo" que literalmente significa estar de acuerdo con Dios. Cuando confesamos estamos de acuerdo con Él en tres cosas: 1ª, que lo que hemos hecho o dejado de hacer está mal, va en contra del Señor y lo que espera de nosotros. 2ª que Jesús pagó de manera definitiva por nuestros pecados con su muerte en la cruz. 3ª que estamos dispuestos y comprometidos con Dios para cambiar nuestras actitudes y/o acciones con respecto al pecado en cuestión. A menos que se den estas tres condiciones, si falta una de ellas, no hay auténtica confesión y, consecuentemente, no se restaura nuestra comunión con Dios. ¿Por qué son importantes estas tres actitudes?

REFLEXIONES EN TORNO AL SALMO 51/ NO ES JUSTICIA, ES GRACIA

Imagen
Apiádate de mí, oh Dios, por tu amor, por tu gran compasión borra mi falta; límpiame por entero de mi culpa, purifícame de mis pecados. (Salmo 51:1-2) La apelación del pecador es al carácter de Dios. Sin embargo, es importante notar que no apela a su justicia, sino a su amor -gracia- y compasión. Si podemos aspirar y obtener el perdón no se debe a que sea justo que lo recibamos -no lo es en absoluto-, sino más bien a que de forma inmerecida, debido a la complejidad del carácter del Señor aspiramos a obtenerlo. Porque, afortunadamente, nuestra relación con Él está basada en la gracia y no en la ley. ¿Qué fundamento práctico -no el teórico- tiene tu relación con Jesús?  

REFLEXIONES EN TORNO AL SALMO 51

Imagen
  Apiádate de mí, oh Dios, por tu amor, por tu gran compasión, borra mi falta. (Salmo 51:3) David adulteró con Betsabé, quien quedó embarazada, y después trató de cubrir su primer pecado instigando el asesinato del marido de Betsabé. El rey tuvo la suerte de ser confrontado por el profeta Natán quien, de una manera muy sutil le hizo reconocer lo que había hecho; dicho de otra manera, le dio conciencia de pecado. Aprendo que algo -la Palabra de Dios, un sermón, una conversación, una lectura- o alguien -El Espíritu Santo, un amigo- nos ha de ayudar a afrontar la realidad del pecado en nuestras vidas. No podemos hacer nada con él hasta que no salga al superficie, no lo podemos gestionar por medio de la confesión hasta que no conocemos y reconocemos. Y en tu caso ¿Qué conciencia de pecado tienes? ¿Qué o quién, al modo del profeta Natán te ayuda a la toma de conciencia?