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¿TIENE SENTIDO? ECLESIASTÉS

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  ¿Qué le queda entonces al ser humano de todas las fatigas y afanes que lo atarean bajo el sol? Todos sus días son dolorosos, su tarea penosa, y ni de noche descansa. ¡También esto es ilusión! Son muchos los pensadores que han llegado a la conclusión que la vida es un absurdo. Europa tiene un grave problema de salud mental que nos impide disfrutar de la vida cuando tenemos todo lo que, aparentemente, es necesario para hacerlo. ¿Cuál será, pues, la situación de aquellos que incluso carecen de lo más básico? ¿Cuál será la actitud hacia la vida de aquel que sufre injusticia, persecución, explotación de todo tipo y, además, no tiene ninguna esperanza de que la cosa pueda cambiar algún día? ¿Cuál es el propósito y el sentido de la vida? ¿Qué nos puede dar las fuerzas para levantarnos un día más y afrontar todo lo que este traiga por delante? Es una pregunta que todo ser humano -aunque sea un seguidor de Jesús- se plantea en esos escasos momentos de lucidez que acompañan a la vida conte...

MÁS, ECLESIASTÉS

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  Prosperé y superé a todos mis predecesores en Jerusalén... No negué a mis ojos nada de cuanto deseaban, ni me privé de alegría alguna... Entonces reflexioné  sobre todas mis obras y sobre la fatiga que me habían costado, y concluí que todo era ilusión y vano afán, pues no se saca ninguna ganancia bajo el sol. (Eclesiastés 2:9-11) No existe ni un ser humano que no aspire a ser feliz. Esto, sin embargo, plantea muchas preguntas ¿Qué es realmente la felicidad? ¿Cómo se obtiene? ¿Es una experiencia o un estado? ¿Por qué es tan elusiva la felicidad? ¿Por que, a juzgar por lo vemos a nuestro alrededor es tan difícil ser feliz? Junto a esta aspiración universal a ser felices nos encontramos con la realidad de que cada persona la vincula a cosas diferentes. El escritor de Eclesiastés en su búsqueda de felicidad optó por el dinero y todo aquello que puede comprar y su reflexión y conclusión queda claramente expresada a lo largo del capítulo 2, ¡Al final, tampoco otorga lo que promete...

CISTERNA ROTA, ECLESIASTÉS

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  Entonces me dije a mí mismo: prueba la alegría y procura el bienestar. Pero también esto es pura ilusión. (Eclesiastés 2:1) Este pasaje dice que el rey de Jerusalén -una ilustración de cualquier ser humano-, después de constatar la incapacidad de la sabiduría de proveerle de sentido y propósito buscó este en el placer, la alegría, el estatus y las posesiones. Los versículos que siguen al arriba descrito desgranan toda la serie de experiencias y situaciones que buscó y experimentó y, sin embargo, llegó a la misma conclusión. ¿Es el placer malo? ¡En absoluto! No es lo que afirma el texto; afirma su incapacidad de darnos un sentido permanente. Al leer el capítulo vinieron a mi mente las palabras del Señor por medio del profeta Jeremías:  Pues mi pueblo ha cometido dos maldades:  me ha abandonado a mí  —la fuente de agua viva—  y ha cavado para sí cisternas rotas   ¡que jamás pueden retener el agua!. Somos cisternas rotas y, consecuentemente, no podemos reten...

MÁS CIENCIA, MÁS DOLOR

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  Pues a mayor sabiduría, mayor tormento; y a más, ciencia más dolor. (Eclesiastés 1:18) El escritor opta por la vía del conocimiento y la sabiduría como medio para encontrar sentido y propósito en un mundo en el que todo es, según sus propias palabras: ¡Pura ilusión! Indica que lo hizo con intencionalidad, propósito, ahínco.  Sin embargo, su conclusión es desalentadora pues cuanto más conocimiento uno va adquiriendo, más comprensión de la realidad va abarcando más dolor va añadiendo porque se va tomando conciencia de lo absurdo de una vida donde hay tanto dolor, sufrimiento, injusticia, pobreza, opresión y ese largo etcétera que describe lo aberrante de un mundo donde habiendo de todo para todos, tantos sufren por falta de lo más esencial. Un mundo que nos debería llevar a orar: ¡Venga a nosotros tu Reino!

INSATISFACCIÓN, ECLESIASTÉS

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Ni los ojos se sacian de ver, ni el oído se harte de oír. (Eclesiastés 1:8) Sin duda es una generalización, aunque no exenta de razón, afirmar que en todos nosotros hay un sentido permanente de insatisfacción; algo que este versículo de Eclesiastés capta magistralmente. Siempre precisamos algo más, siempre hay algo, sea una cosa o una experiencia, o alguien que sin tan sólo pudiéramos tenerlo nos sentiríamos súper felices. Pero sabemos que es una quimera, que una vez obtenido  aquello que perseguimos el efecto esperado se disiparía como el hielo expuesto al solo, no duraría excesivamente.  Esta insatisfacción permanente es hábilmente explotada por los medios de comunicación que nos venden todo tipo de productos y experiencia bajo la promesa -que nosotros mismos sabemos que es falsa- de que finalmente quedaremos saciados. Al escribir estas palabras vienen a mi mente las palabras de Jesús, el que beba de esta agua volverá a tener sed. ¿Cómo manejas tú ese sentido permanente de i...

ILUSIÓN, ECLESIASTES

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  ¡Pura ilusión! -dice Cohelet- ¡Pura ilusión! ¡Todo es ilusión! ¿Qué ganancia saca el ser humano de toda la fatiga con que se afana bajo el sol! (Eclesiastés 1:1) En mi humilde opinión estas palabras, como el resto del libro, deben leerse a la luz de Génesis 3 donde encontramos el origen de la situación actual del ser humano. Nuestro pecado, el deseo de ser independientes de Dios, nos ha dejado sin un punto integrador de referencia y, por tanto, como barco sin rumbo ni timón en medio del mar.  Las traducciones de la palabra ilusión (vanidad en las versiones más clásicas; hebel en hebreo) no reflejan todo el significado de la misma. Básicamente esta palabra designa el vacío, la inconsistencia, lo efímero de la realidad. Una realidad que según el autor del libro, cuando es observada y reflexionada carece de todo sentido. En base a esto girará la reflexión del libro y merece la pena tenerlo en cuenta. La gran pregunta que se generará es: ¿Qué sentido tiene la vida cuando todo es...

VOZ EN FAVOR DE LOS QUE NO TIENEN VOZ

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 Habla por el que no puede hablar, sal en defensa de los desvalidos. (Proverbios 31:8) Es un mandamiento que no ha perdido su validez y que sigue siendo, por decirlo de alguna manera, de obligado cumplimiento para cualquier seguidor de Jesús. Tenemos, por tanto, la responsabilidad de discernir quiénes son en nuestro entorno aquellos que necesitan de nuestra voz. Si este breve pasaje no fuera suficientemente motivación, no olvidemos que el Señor en su Palabra se declara el defensor del huérfano, la viuda, el pobre y el extranjero, es decir, de todos aquellos que son vulnerables. Este texto es una llamada a no desentendernos de los problemas, retos y necesidades de un mundo roto, sino más bien de parte de Dios tratar en la medida de nuestras posibilidades de paliarlos.