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LOS APÓSTOLES SE ENCUENTRAN CON EL JESÚS RESUCITADO

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  Los once discípulos fueron, pues, a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Allí encontraron a Jesús y le adoraron, aunque algunos todavía dudaban. Jesús se acercó y les dijo: — Dios me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a los habitantes de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo os he man- dado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mateo 28:16-20)  Nuestra relación con Jesús el Maestro está, con toda probabilidad, caracterizada por los mismos ingre- dientes que hemos observado en el encuentro de los discípulos con Él. Hay, sin duda, un reconocimiento de Jesús como nuestro Dios, Señor y Salvador personal. La comprensión de quién es Jesús y lo que ha hecho por nosotros nos lleva, o nos debe llevar, a una actitud de adoración. ...

ENCUENTROS CON JESÚS: MARÍA MAGDALENA

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    Anda, ve y diles a mis hermanos que voy a mi Padre, que es también vuestro Padre; a mi Dios, que es también vuestro Dios. María Magdalena fue a donde estaban los discípulos y les anunció: — He visto al Señor y esto es lo que me ha encargado. (Juan 20:11-18)  Como en el caso de María, el encuentro con el Jesús resucitado nos convierte automáticamente en tes- tigos de su resurrección. Es imposible haberse encontrado con Él y callar la realidad de su resurrección. Usando las palabras del evangelio, no podemos dejar de decir lo que hemos visto y hemos oído. Cuando nos encontramos con el Jesús resucitado recibimos el encargo de ir a los entornos en los que nos movemos: la casa, la familia, los vecinos, los amigos, los compañeros de trabajo... Y anunciar su resurrección y todo lo que ello implica, es decir, que hay la posibilidad de perdón para nuestra relación rota con Dios, que hay posibilidad de una nueva vida ...

ENCUENTROS CON JESÚS: HERODES

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  Herodes se alegró mucho de ver a Jesús, pues había oído hablar de él y ya hacía bastante tiempo que quería conocerlo. Además, tenía la esperanza de verle hacer algún milagro. Así que Herodes preguntó muchas cosas a Jesús, pero Jesús no le contestó ni una sola palabra. (Lucas 23:6-12) Han pasado cerca de dos mil años y hoy en día Jesús sigue despertando una gran curiosidad y fascina- ción en nuestra sociedad. Los estantes de las librerías de la secular y vieja Europa están llenos de nuevos libros acerca de la persona, el mensaje y la identidad de Jesús. Jesús sigue despertando interés y polémica. Muchos de los que se acercan a la figura del maestro de Nazaret no tienen un genuino interés en conocer quién fue realmente y cuáles son los distintivos de sus enseñanzas, todo esto es completamente secundario. Lo que les atrae es el carácter misterioso, único y singular de ese enigmático personaje. Esperan que Jesús satisfaga su necesidad de novedad, quie...

ENCUENTROS CON JESÚS: PILATO

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  Soy rey, como tú dices. Y mi misión consiste en dar testimonio de la verdad. Precisamente para eso nací y para eso vine al mundo. Todo el que ama la verdad escucha mi voz. Pilato repuso: — ¿Y qué es la verdad? (Juan 12:28)  Todos nosotros, a diferente nivel, nos hemos visto, nos estamos viendo o nos veremos ante una disyuntiva similar a la que tuvo que enfrentar Pilato. Situaciones en las que podemos distinguir con claridad meridiana lo correcto de lo incorrecto. Situacio- nes en las que podemos identificar la verdad y distinguirla de la mentira y del error. Situaciones en las que nos damos cuenta de cuál es el camino más apropiado que deberíamos seguir. Nuestra conciencia nos lo indica, nuestro corazón nos lo confirma, la realidad lo grita, sin embargo.... Sin embargo, a pesar de todo lo dicho en el párrafo anterior, sucumbimos. En ocasiones lo hacemos por puro interés personal, un inte...

ENCUENTROS CON JESÚS: EL SANEDRÍN

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Los que habían apresado a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se hallaban reuni- dos los maestros de la ley y los ancianos.  (Mateo 26:57-67)   Muchas personas se acercan a Jesús cargadas con sus prejuicios. Es interesante la definición que hace el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de esta palabra: un prejuicio es una opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal. Ciertamente es una descripción interesante. El prejuicio condiciona no sólo la manera en que la persona se acerca a los hechos, sino también los resultados que obtendrá de los mismos. No importa la cantidad de evidencia e indicios que la realidad presente, estos serán reinterpretados en base al prejuicio o, simplemente ignorados. Las personas que se acercan al Maestro con prejuicios no están en absoluto interesadas en conocer la verdad. Antes de acercarse a Él ya han tomado una decisión con respecto a quién es Él, a ...

ENCUENTROS CON JESÚS: FARISEOS Y HERODIANOS

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  Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Oyendo esto, se mara- villaron, y dejándole, se fueron. (Mateo 22:15-22) Uno de los problemas de acercarnos a Jesús es que somos totalmente transparentes ante Él, nos gus te o no. Es inútil que intentemos disimular nuestras auténticas motivaciones o razones, el Maestro las conoce perfectamente y no se dejará impresionar por nuestros posibles halagos o nuestra espiritualidad fingida. Por tanto, esto nos reta a plantearnos con qué motivación nos acercamos a Jesús y a analizar nuestro corazón y nuestras intenciones antes de venir a su presencia. Una vez allí, éstas serán puestas de mani- fiesto y no podremos ocultarlas o justificarlas. Por otro lado, también es cierto que el corazón del ser humano, tal y como dice la Escritura, es enga...

ENCUENTROS CON JESÚS: UN ENDEMONIADO

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  El hombre del que había expulsado los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo; pero Jesús lo despidió, diciéndole: — Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo. El hombre se marchó y fue proclamando por toda la ciudad lo que Jesús había hecho con él. (Lucas 8:26-39) Cuando alguien se encuentra con Jesús, para bien o para mal, siempre se produce un cambio, uno no puede seguir siendo el mismo. Este cambio puede ser instantáneo o, contrariamente, puede tratarse de un proceso a través del cual Jesús nos va moldeando, cambiando, transformando y desarrollando. Además, este cambio no es algo que únicamente nosotros percibimos y nos damos cuenta que está teniendo lugar, es algo que resulta evidente para todos aquellos que nos rodean, que nos conocen y con quienes interactuamos. Esto hace que nuestra vida se convierta en aquello que muchos han dado a lla- mar “la apologética irrefutable”, es decir, aquel argumento vivo que es totalmente imposible...