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ENCUENTROS CON JESÚS: HERODES

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  Herodes se alegró mucho de ver a Jesús, pues había oído hablar de él y ya hacía bastante tiempo que quería conocerlo. Además, tenía la esperanza de verle hacer algún milagro. Así que Herodes preguntó muchas cosas a Jesús, pero Jesús no le contestó ni una sola palabra. (Lucas 23:6-12) Han pasado cerca de dos mil años y hoy en día Jesús sigue despertando una gran curiosidad y fascina- ción en nuestra sociedad. Los estantes de las librerías de la secular y vieja Europa están llenos de nuevos libros acerca de la persona, el mensaje y la identidad de Jesús. Jesús sigue despertando interés y polémica. Muchos de los que se acercan a la figura del maestro de Nazaret no tienen un genuino interés en conocer quién fue realmente y cuáles son los distintivos de sus enseñanzas, todo esto es completamente secundario. Lo que les atrae es el carácter misterioso, único y singular de ese enigmático personaje. Esperan que Jesús satisfaga su necesidad de novedad, quie...

ENCUENTROS CON JESÚS: PILATO

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  Soy rey, como tú dices. Y mi misión consiste en dar testimonio de la verdad. Precisamente para eso nací y para eso vine al mundo. Todo el que ama la verdad escucha mi voz. Pilato repuso: — ¿Y qué es la verdad? (Juan 12:28)  Todos nosotros, a diferente nivel, nos hemos visto, nos estamos viendo o nos veremos ante una disyuntiva similar a la que tuvo que enfrentar Pilato. Situaciones en las que podemos distinguir con claridad meridiana lo correcto de lo incorrecto. Situacio- nes en las que podemos identificar la verdad y distinguirla de la mentira y del error. Situaciones en las que nos damos cuenta de cuál es el camino más apropiado que deberíamos seguir. Nuestra conciencia nos lo indica, nuestro corazón nos lo confirma, la realidad lo grita, sin embargo.... Sin embargo, a pesar de todo lo dicho en el párrafo anterior, sucumbimos. En ocasiones lo hacemos por puro interés personal, un inte...

ENCUENTROS CON JESÚS: EL SANEDRÍN

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Los que habían apresado a Jesús lo llevaron a casa de Caifás, el sumo sacerdote, donde se hallaban reuni- dos los maestros de la ley y los ancianos.  (Mateo 26:57-67)   Muchas personas se acercan a Jesús cargadas con sus prejuicios. Es interesante la definición que hace el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de esta palabra: un prejuicio es una opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal. Ciertamente es una descripción interesante. El prejuicio condiciona no sólo la manera en que la persona se acerca a los hechos, sino también los resultados que obtendrá de los mismos. No importa la cantidad de evidencia e indicios que la realidad presente, estos serán reinterpretados en base al prejuicio o, simplemente ignorados. Las personas que se acercan al Maestro con prejuicios no están en absoluto interesadas en conocer la verdad. Antes de acercarse a Él ya han tomado una decisión con respecto a quién es Él, a ...

ENCUENTROS CON JESÚS: FARISEOS Y HERODIANOS

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  Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces les dijo: ¿De quién es esta imagen, y la inscripción? Le dijeron: De César. Y les dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Oyendo esto, se mara- villaron, y dejándole, se fueron. (Mateo 22:15-22) Uno de los problemas de acercarnos a Jesús es que somos totalmente transparentes ante Él, nos gus te o no. Es inútil que intentemos disimular nuestras auténticas motivaciones o razones, el Maestro las conoce perfectamente y no se dejará impresionar por nuestros posibles halagos o nuestra espiritualidad fingida. Por tanto, esto nos reta a plantearnos con qué motivación nos acercamos a Jesús y a analizar nuestro corazón y nuestras intenciones antes de venir a su presencia. Una vez allí, éstas serán puestas de mani- fiesto y no podremos ocultarlas o justificarlas. Por otro lado, también es cierto que el corazón del ser humano, tal y como dice la Escritura, es enga...

ENCUENTROS CON JESÚS: UN ENDEMONIADO

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  El hombre del que había expulsado los demonios le rogaba que le permitiera acompañarlo; pero Jesús lo despidió, diciéndole: — Vuelve a tu casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo. El hombre se marchó y fue proclamando por toda la ciudad lo que Jesús había hecho con él. (Lucas 8:26-39) Cuando alguien se encuentra con Jesús, para bien o para mal, siempre se produce un cambio, uno no puede seguir siendo el mismo. Este cambio puede ser instantáneo o, contrariamente, puede tratarse de un proceso a través del cual Jesús nos va moldeando, cambiando, transformando y desarrollando. Además, este cambio no es algo que únicamente nosotros percibimos y nos damos cuenta que está teniendo lugar, es algo que resulta evidente para todos aquellos que nos rodean, que nos conocen y con quienes interactuamos. Esto hace que nuestra vida se convierta en aquello que muchos han dado a lla- mar “la apologética irrefutable”, es decir, aquel argumento vivo que es totalmente imposible...

ENCUENTROS CON JESÚS: UNA VIUDA DEL PUEBLO DE NÁIN

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  Algún tiempo después, Jesús, en compañía de sus discípulos y de otra mucha gente, se dirigió a un pue- blo llamado Naín. Cerca ya de la entrada del pueblo, una nutrida comitiva fúnebre del mismo pueblo llevaba a enterrar al hijo único de una madre que era viuda. El Señor, al verla, se sintió profundamente conmovido y le dijo: — No llores. Y acercándose, tocó el féretro, y los que lo llevaban se detuvieron. Entonces Jesús exclamó: — ¡Muchacho, te ordeno que te levantes! El muerto se levantó y comenzó a hablar, y Jesús se lo entregó a su madre. (Lucas 11:11-17) El encuentro de Jesús con la viuda fue totalmente fortuito; por decirlo de alguna manera la necesi- dad le salió al encuentro, no fue buscada. Sin embargo, el Señor se caracterizaba por ser sensible a las realidades con las que se encontraba y las necesidades de las personas. Y cuando la oportunidad se presentaba la aprovechaba. Del mismo modo todos nosotros, conforme vamos caminando por la vida, nos ...

ENCUENTROS CON JESÚS: PEDRO, LA INCONSISTENCIA

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  Jesús les dijo: — Todos me vais a abandonar, porque así lo dicen las Escrituras: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas. Pero después de mi resurrección iré delante de vosotros a Galilea. Pedro le dijo: — ¡Aunque todos te abandonen, yo no te abandonaré! Jesús le contestó: — Te aseguro que hoy, esta mis- ma noche, antes de que el gallo cante por segunda vez, tú me habrás negado tres veces. Pedro insistió, asegurando: — ¡Yo no te negaré, aunque tenga que morir contigo! Y lo mismo decían todos los demás. (Marcos 14:26-31) Si miramos a nuestro pasado, todos nosotros podemos identificar una buena cantidad de promesas no cumplidas, de compromisos rotos, de buenas intenciones no culminadas y de buenos propósitos que se quedaron en eso, buenos propósitos. Salvo excepciones, sin duda, en el momento en que formulamos todo lo dicho en el párrafo anterior éramos honestos y deseábamos que aquello pudiera cumplirse o llevarse a cabo, sin embargo, no fue así. Tal vez...