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ENCUENTROS CON JESÚS: JAIRO

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  Jesús dijo al jefe de la sinagoga: No tengas miedo. ¡Sólo ten fe! (Marcos 5:36) Jairo era el principal de una sinagoga. No sabemos cuál, intuimos que la de Capernaún, pero no hay soporte en el texto bíblico. Su cargo le otorgaba una gran respetabilidad y prestigio social. Sin embargo, ante la necesidad de salvar la vida de su hija no tiene inconveniente en postrarse a los pies de Jesús y pedir ayuda. Su actitud de humildad y respeto contrasta con los temibles amigos de Jesús: los fariseos. Jesús decide ayudarle y lo acompaña de camino hacia su casa. Sin embargo, su fe se vería confrontada por varios obstáculos: 1. La interrupción de la mujer que fue sanada de hemorragias. Jesús, en ese momento de urgencia para Jairo, decide pararse y hacer una investigación acerca de lo sucedido. Sin duda se estaban perdiendo unos preciosos minutos y el nerviosismo de Jairo debió de ir en aumento. 2. En segundo lugar, debió de enfrentarse con la pura y dura realidad de que su hija ya había m...

ENCUENTROS CON JESÚS: LA MUJER QUE PADECÍA DE HEMORRAGÍAS

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  Se acercó a Jesús por detrás y le tocó el borde del manto, diciéndose a sí misma: "Sólo con que toque su manto me curaré". Y efectivamente, le desapareció al punto, la causa de sus hemorragias, y sintió que había quedado curada de su enfermedad. (Marcos 5:24-34) Cuando leemos los relatos evangélicos no podemos sino sentir lástima por esta mujer. Hacía doce años que sufría una enfermedad que, además de las consecuencias físicas que de ella se derivaban, tenía serías implicaciones religiosas y sociales. El flujo de sangre convertía a una persona en impura desde el punto de vista ritual y, por tanto, estaba excluida de toda vida social y religiosa hasta que pudiera volver a ser pura de nuevo. Si sus hemorragias eran esporádicas, significaba que pasaba periodos experimentando lo antes descrito. Pero, si estas eran permanentes nos encontramos ante alguien que vivía totalmente aislada del entorno social. Por si todo lo anterior fuera poco, el texto nos dice que...

ENCUENTROS CON JESÚS: EL CORRUPTO QUE SE VOLVIÓ EVANGELISTA

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  Más tarde, estando Jesús sentado a la mesa en casa de Mateo, acudieron muchos recaudadores de impuestos y gente de mala reputación, que se sentaron también a la mesa con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a sus discípulos: ¿Cómo es que vuestro Maestro se sienta a comer con esa clase de gente? Jesús lo oyó y les dijo: No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. A ver si aprendéis  lo que significa aquello de: Yo no quiero que me ofrezcáis sacrificios, sino que seáis compasivos. Yo no he venido a llamar a los buenos, sinos a los pecadores. (Mateo 9:9-13) Cuando es marginado y despreciado socialmente, acostumbra a juntarse con sus iguales, aquellos con los cuales no desentona, no se sentirá ni juzgado ni despreciado, ni criticado. Tiene pues todo el sentido que cuando alguien como Mateo se siente amado, aceptado, honrado y dignificado, haga todo lo posible por compartirlo con sus iguales, gente pecadora, despreciables y de...

ENCUENTROS CON JESÚS: UN CORRUPTO, IMPURO Y TRAIDOR COBRADOR DE IMPUESTOS

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  Al pasar vio a un hombre llamado Mateo que estaba sentado en su despacho de recaudación de impuestos, y le dijo: Sígueme. Mateo se levantó y lo siguió. (Mateo 9:9-13) Siempre he sentido admiración por esta obra maestra del barroco, el llamamiento de Mateo de Caravaggio. Me encanta como juega con la luz, como Jesús señala a Mateo y como los acompañantes del publicano también lo señalan con sorpresa. Mateo el traidor. El colaborador con las tropas imperiales que ocupaban Palestina y subyugaban a su pueblo. Mateo no hacia ascos a sus tratos con los romanos porque le reportaban pingues beneficios económicos. Supongo que pensaba que era preferible ser rico y despreciado que pobre e ignorado. Mateo el impuro. A su condición de colaborador añadía la de impuro desde el punto de vista ceremonial. Su trabajo le llevaba a una constante relación con los gentiles y, como he mencionado anteriormente, los de la peor calaña, invasores y opresores. Los fariseos, quienes se otorgaban a s...

ENCUENTROS CON JESÚS: LOS AMIGOS DE UNA PERSONA CON PARÁLISIS

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  Jesús, viendo la fe de quienes lo llevaban, dijo al paralítico: -Hijo, tus pecados quedan perdonados... Levántate, recoge tu camilla y vete a tu casa. Y él se levantó, recogió al punto su camilla y se fue en presencia de todos. (Marcos 2:1-12) Este es uno de los episodios más conocidos del evangelio. Recuerdo haberlo aprendido cuando era un niño en la escuela dominical (hace muchos años; estamos hablando de cuando los dinosaurios todavía campaban a sus anchas por loa tierra). Pero si vemos bien el texto notaremos que los auténticos protagonistas de este encuentro con Jesús fueron los amigos de la persona impedida físicamente. Jesús reconoce públicamente la fe que aquellas personas tenían en Él. ¿Has notado que no se nos habla para nada de la fe del paralítico? El Maestro perdona los pecados -restauración espiritual- en respuesta a esa confianza que habían depositado en Él. Posteriormente, y como consecuencia de la polémica con los doctores de la ley, es curado de s...

ENCUENTROS CON JESÚS: SALVACIÓN INTEGRAL

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  Jesús extendió la mano, tocó al enfermo y le dijo: -si quiero ¡Queda sano! De inmediato,  el hombre quedó completamente sano. (Lucas 5:13) El pecado no es un problema espiritual únicamente. Afecta a todas las dimensiones de la realidad humana. La salvación, por tanto, no es algo exclusivamente espiritual (la clásica reducción de la salvación como el boleto para poder entrar en el cielo) debe restaurar todas esas dimensiones afectadas por el pecado. Lo vemos en este encuentro de Jesús con el paria leproso. El Maestro lo restauró físicamente, lo sanó totalmente de su enfermedad. No olvidemos que la enfermedad y la muerte entraron en el mundo por medio del pecado. La paga del pecado, sentencia Pablo, es muerte.  Jesús también lo restauró emocionalmente, restauró su dignidad como ser humano. Ya he mencionado que el toque era innecesario para la curación. Tenía riesgos de contagio -no olvidemos que el Maestro era humano- y además, automáticamente convirtió a Jesús ...

ENCUENTROS CON JESÚS: UN PARIA ENFERMO DE LEPRA

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  Un día Jesús estaba en un pueblo. De pronto llegó un hombre que estaba enfermo de lepra, se inclinó delante de Jesús hasta tocar el suelo con la frente, y le suplicó: Señor, yo sé que tú puedes sanarme. ¿Quieres hacerlo? Jesús extendió la mano, tocó al enfermo y le dijo: ¡Si quiero! ¡Queda sano! (Lucas 5:12 y 13) Pienso que no había nada peor en la Palestina del tiempo de Jesús que padecer la lepra. Contraer esa enfermedad te convertía en un paría, alguien total y completamente marginado de la vida social. Expulsados de sus familias, de sus comunidades y de todo contacto con la gente sana. Sus únicas relaciones sociales eran otros enfermos, con los cuales acostumbraban a vivir en grupos, dejados a su suerte y a la caridad de sus familias que les proveían alimentación.  A esta marginación social debemos de añadir los efectos físicos de una enfermedad que causaba, antes de producir la muerte, tremendas deformidades en los cuerpos de los enfermos convirtiéndolos ...