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LO QUE SE PLANTA SE SIEGA

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Ahora bien, el afán por satisfacer los apetitos desordenados conduce a la muerte; el de hacer lo que es propio del Espíritu lleva a la vida y La Paz. (Romanos 8:6) Nuestras vidas están gobernadas por paradigmas, es decir, por la forma en que entendemos cómo el mundo funciona o debería funcionar. Son los filtros con los que nos acercamos a la realidad y, por tanto, la percibimos e interpretamos. Todos los tenemos, tanto si somos conscientes de ello como si no. De estos paradigmas internos nacen nuestros valores y estos determinan nuestras conductas. Finalmente, nuestras conductas determinan los frutos que cosechamos en nuestras vidas. Dicho de otro modo: el paradigma genera filtros que, a su vez, dictan lo que es importante o no en nuestras vidas que, determinan nuestras conductas en la vida cotidiana y producen los frutos que recogemos Aveces, para muchas personas, es difícil pensar en algo tan abstracto como un paradigma y aún más complejo rastrearlo. Por eso, el método más fácil ...

ÉL SABE

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  Así mismo, aunque somos débiles, el Espíritu viene en nuestra ayuda; aunque no sabemos lo que nos conviene pedir, el Espíritu intercede por nosotros de manera misteriosa. (Romanos 8:26) El capítulo 8 de la carta que Pablo escribió a los romanos nos dice cosas importantes acerca del Espíritu Santo. Por ejemplo, es nuestra paga y señal de la redención futura y completa que nos espera. Es quien confirma en nuestros corazones que realmente somos los hijos amados y aceptados de Papá Dios. También, como muestra esta afirmación del apóstol es quien pide por nosotros. Cuidar a mis nietos me está ayudando a revivir muchas experiencias que cuando fui padre no pude, debido a la presión de la crianza, reflexionar con la debida atención. Muchas veces mis nietos ni saben lo que quieren ni lo que necesitan. Están inquietos, molestos, intranquilos y no pueden identificar la causa ni mucho menos la solución a lo que les está sucediendo. Pero también me pasa a mí. No siempre sé identificar mi...

NADA, ABSOLUTAMENTE NADA

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  Ni los poderes del cielo ni los del infierno, ni nada de lo creado por Dios. ¡Nada, absolutamente nada, podrá separarnos del amor que Dios nos ha mostrado por medio de nuestro Señor Jesucristo! (Romanos 8:39) Nada significa la inexistencia total o carencia absoluta. Pablo está diciendo que nada n nadie nos puede separar o arrebatar ese amor incondicional que el Padre tiene por nosotros. Ni el pecado más terrible, ni mis inconsistencias, ni mis contradicciones más profundas, ni mis sombras más ocultas, ni nada de lo que hice en mi pasado, esté haciendo en mi presente o vaya a hacer en el futuro me podrá privar del amor del Padre. Porque si hubiera algo que pudiera privarme de ese amor, ya no sería incondicional. Si hubiera algo que yo hiciera o dejara de hacer para ganármelo o conservarlo, ya no sería gracia. A los ojos de aquel que no experimenta este tipo de amor y gracia se considera que es totalmente injusto tratar a las personas así. De ese modo lo entendieron los obrero...

PAPÁ

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  Habéis recibido un Espíritu que os convierte en hijos y que nos permite exclamar: ¡Papá! (Romanos 8:15) Ayer sostenía a mi nieto de dos años mientras dormía en mis brazos. Se siente amado, aceptado, protegido, no experimenta ansiedad acerca de si le quiero o no. No vive con la angustia acerca de si está dando la talla, si su forma de actuar es lo suficientemente buena para que lo siga amando. No hace un cálculo mental para generar estrategias que le aseguren el amor o lo protejan del rechazo, simplemente se abandona confiado en los brazos de alguien que lo ama. Así es nuestra realidad con Dios. Nada espera de nosotros, simplemente que aceptemos su amor. La necesidad de dar la talla, de ofrecerme presentable, de poder mostrar una buena hoja de servicios es mi exigencia, para nada es la suya. Él solo desea que experimente la seguridad de su amor, de su aceptación, de lo contento que está de que sea su hijo. De lo feliz que es de que haya vuelto a casa. No hacen falta excusas, ...

AMNISTÍA

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  como está lejos el este del oeste,  él aleja nuestras faltas de nosotros. (Salmo 103:12) Siguiendo con nuestra serie (por favor, mira los comentarios anteriores para tener el contexto) ¿Qué sucede cuando confesamos nuestros pecados? Recibimos el perdón. Hay dos palabras claves relacionadas con el perdón: indulto y amnistía. El indulto cancela la pena del  delincuente, por tanto, si está en prisión puede salir libre a la calle. Sin embargo, no elimina los antecedentes penales de la persona. Sigue siendo un delincuente a lo ojos de la ley y esos antecedentes se pueden convertir en agravantes de cara a próximos delitos. Es decir, se suspende la pena pero no la sentencia de culpabilidad. (por favor, abogados, no pretendo ser técnico sino explicativo) La amnistía es muy diferente, no únicamente se suspende la pena de la sentencia; es decir, el reo puede salir libremente a la calle si estaba en prisión, sino que además se borran sus antecedentes, se eliminan todos los re...

ESTAR DE ACUERDO

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  Si, por el contrario, confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos purificará de toda iniquidad. (1 Juan 1:9) En mis dos entradas anteriores (te recomiendo leerlas para tener contexto) hablaba de la tensión que todo seguidor de Jesús experimenta entre seguir lo que reconoce como bueno y caer en lo que detesta como malo. También, que no podemos resolver aquello que nos negamos a aceptar.  Bien, aceptamos que el pecado, no solo es una realidad en nuestras vidas, sino que lo será hasta el día que muramos ¿Qué hacemos ahora con él? Confesarlo. La palabra griega traducida por confesar es: homologeo; literalmente significa, estar de acuerdo con alguien sobre algo. Dicho de otro modo, cuando yo confieso mi pecado me pongo de acuerdo con el Señor acerca del mismo. Me pongo de acuerdo que es algo grave porque rompe mi relación con Él, o me rompe internamente, o fractura mi relación con otros o con su creación, o bien una combinación de varios o...

NO NIEGUES LA REALIDAD

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  Si alardeamos de no cometer pecado, somos unos ilusos y no poseemos la verdad. (1 Juan 1:8) Este pensamiento, junto con un par más que vendrán, es un intento de explicar la tensión que Pablo plantea en Romanos 7 entre lo que no queremos hacer y acabamos haciendo y viceversa. Te recomiendo leas la reflexión previa para darle sentido. He aprendido a lo largo de la vida que es imposible resolver aquello que no se acepta, se llama por su nombre; en definitiva, se reconoce. El pecado es y será una realidad en la vida de un seguidor de Jesús mientras viva, hasta el mismo día en que muramos. Te engañas y no has entendido la Escritura si crees que algún día el pecado no formará parte de tu vida cotidiana. Si es eso lo que esperas, bienvenido al mundo de la frustración. Te profetizo que vas a sufrir mucho a causa de ello. Míralo de este modo. El pecado ya no tiene poder legal sobre nosotros. Hemos sido declarados justos, no culpables y, por tanto, no merecedores de la pena que el pec...