SALMO 63. SED Y HAMBRE DE DIOS

¡Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo:
mi garganta está sedienta de ti.
Mi carne desfallece por ti
como tierra seca, reseca sin agua.

Este salmo se divide en tres partes, la sed de Dios, el hambre por el Señor y, finalmente, el juicio divino. Las dos primeras partes, a mi juicio las más interesantes, reflejan una profunda necesidad y anhelo de Dios, de buscarlo con el propósito de conocerlo.

Hambre y sed son dos figuras que con mucha frecuencia se usan en la Biblia. Tratan de reflejar la profunda necesidad que todo ser humana tiene de plenitud, realización y sentido. Una búsqueda a la que ninguna persona se pueda sustraer, aunque cada uno de nosotros tratemos de satisfacerla por medios y maneras muy diferentes. De hecho, ¿Qué es nuestra vida sino una búsqueda continua para encontrar sentido a nuestras vidas, de hacer que estas sean dignas de ser vividas?

Leer este salmo me ha hecho preguntarme cómo trato de satisfacer mi necesidad de sentida y propósito. La invitación del poeta bíblico es hacerlo por medio de Dios, afirma que es el único que puede calmar este hambre y sed. Jesús, en los evangelios se identificaba como el agua y el pan de vida.

Ahora bien, aunque lo creo y lo experimento en buena medida, también soy consciente que en ocasiones busco satisfacer mi vacío interior con otras realidades y experiencias que, al menos momentáneamente, parecen llenar de sentido y propósito mi vida, aunque, el resultado final, como siempre pasa con el pecado, sea un vacío aún mayor, más profundo y más intenso.

Un principio

Todos tenemos hambre y sed de sentido y significado. El resto es con qué llenarlo.

Una oración

Por todos aquellos que en nuestra sociedad buscan a Dios.

Comentarios

  1. Señor, te ruego para las personas que te buscan para que no lo hagan en caminos equivocados. Caminos hay muchos. Religiones tambien. Peró Dios verdadero solo hay uno. Señor, tu no eres una simple fuerza cósmica, no eres un ídolo, eres un Dios real, personal y cercano. Creador del universo, muéstrales a tu Hijo que es el único Camino, la única Verdad y la Vida. Llévalos a Jesucristo.

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